...PRENSA


Comité de Representantes recibe la visita del Excmo. Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Ernesto Derbez
Intervención del Secretario General de la ALADI, Embajador Juan F. Rojas Penso
04/15/2004

Con particular emoción, en nombre de la Secretaría General, le doy la más cordial bienvenida a nuestra sede, crisol de intereses y punto de partida, pero también de llegada, de todos los esfuerzos desplegados por los países acá representados, en procura de su integración.

Esa emoción se nutre, además, con los tradicionales lazos de hermandad y cooperación mutua que han unido, y unirán por siempre, a México y Venezuela, mi país, y que se proyectan a los demás países de la región.

Señor Canciller:

Lo recibimos a usted en medio de circunstancias muy especiales que está enfrentando América Latina. Por un lado, intentando dar respuestas adecuadas a los desafíos que permanentemente le imponen las diversas manifestaciones de la globalización de la economía internacional, por cierto, nunca favorables para nuestra región. Y, por el otro, tratando de satisfacer las necesidades básicas que agobian, día tras día, a nuestros pueblos, cada vez más signados por la marginalidad y la desesperanza.
En ese contexto es que, obviamente, se vienen desarrollando las actividades de nuestra Asociación. Tal vez con resultados poco conocidos aún, pero que paulatinamente han ido abonando el camino para recuperar el tránsito multilateral que, por razones debidamente fundadas, en su momento, debimos postergar desde comienzos de la década de los años 90 hasta el presente.


-Como ya lo indicara el Presidente del Comité,- el Consejo de Ministros, órgano superior de la ALADI, recibirá en su próxima reunión las bases para la conformación de un Espacio de Libre Comercio, con el cual se intentará amalgamar la asociación económica con el esfuerzo de la cooperación como estructura básica de la concertación política que nos exige, y exigirá, el devenir de nuestra historia. Común, en su origen, común también, en el destino que compartiremos.

Será ésa la respuesta que, en conjunto, darán los países miembros al cúmulo de desafíos que devienen de la irreversible globalización del sistema mundial. Nuevamente, el Tratado de Montevideo 1980, que instituyó hace ya casi 24 años a la Asociación, saldrá al encuentro de los intereses que postulen sus países miembros como derrotero de su integración. Así como ha sido útil para cobijar bajo su manto los resultados de la concertación entre pares o grupos de países, igualmente lo será para abrigar el que se nos antoja, como el más ambicioso proyecto de integración que se haya intentado articular en Latinoamérica.

Señor Canciller:

En esa reunión del Consejo de Ministros en octubre próximo, se pondrá a prueba, otra vez, la fuerza de la voluntad política de los gobiernos de nuestros países para que la integración deje de ser parte de la ya casi costumbrista retórica, para dar pasos hacia su efectiva concreción. Por descontado doy que Usted avalará y acompañará, con su presencia y acción, ese proyecto que involucra el destino de más de 450 millones de habitantes y alrededor del 90% del Producto Interno Bruto de la región.

Sin embargo, ese proyecto será incompleto si no logramos permiar los beneficios que de él se deriven hacia las más amplias capas poblacionales de nuestra América Latina. La puesta en práctica de ese extraordinario proyecto, no será más que la fuerza resultante de la relevante integración de mercados que progresivamente han venido construyendo los países a lo largo de los últimos lustros, dejando de lado al sujeto y objeto cierto de todo proceso de integración: el ser humano.


La ejecución de programas conjuntos en las áreas de la salud, la educación y la cultura, así como de emprendimientos científicos y tecnológicos que impacten sobre el desarrollo productivo y la generación de empleos constituyen, entre otros, elementos que, en su momento, deberán articularse con las acciones económico-comerciales, con la finalidad de contribuir eficazmente a elevar el nivel de vida de nuestros pueblos. Sólo así lograremos conformar una base social que sustente a la integración regional.

Señor Canciller:


Su visita nos honra y enaltece a nuestra Asociación, sobre todo en momentos cuando, ahora sí, se ha servido la mesa para la adopción de decisiones trascendentales para la ALADI, para la integración latinoamericana y para nuestra historia.

Eludir ese desafío, sería postergar por y para siempre, los anhelos de nuestros Precursores.

Muchas Gracias