(Texto sujeto a correción)

Realmente es un honor poder estar hoy sentándome en esta Mesa, como recién acreditada ante la ALADI como Embajadora del Reino de España. Las palabras tan cariñosas que me han dicho, desde luego no crean que sean meritorias, me que me parece que demuestra mucho más afecto que realismo, y pretenderé en algún momento, aunque sea simplemente por hacer un juego de palabras compensar la pérdida, ni siquiera España, pero desde luego, me temo que tampoco con la ayuda de Portugal, de una persona como Alfonsín que tanto hizo por la recuperación de la democracia en el continente, y no solamente en el continente, sino en ese espacio que somos Iberoamérica. Alfonsín es un referente para todos y ha dejado de ser un argentino para pasar a ser un referente de todos nosotros.

ALADI para España ha sido siempre un organismo muy querido, porque de la misma manera que España siempre es el camino hacia la aventura a la recuperación de la democracia de la mano de la integración, en este caso de la integración europea, vio siempre con ilusión aquella aventura que se llamaba ALADI, y que se inició en el año 80 con el Tratado de Montevideo.

De hecho tanto fue así que nosotros solicitamos ser Observadores en el año 82 y que el primer acto, el acto más formal de aceptación de este status de Observador, fue la presencia de Su Majestad el Rey aquí en ALADI, aceptando, en el año 83. Y estaba yo leyendo el discurso de Su Majestad y bueno, hacía pensar bastante, porque por un lado, aquel fue un viaje que no solamente tuvo una importancia, tuvo un doble mensaje, por un lado hacia el Uruguay, de apoyo a la recuperación de la democracia y creo que nuestros amigos uruguayos lo tienen bien guardado en su corazón, pero también de apoyo a este esquema de integración que España veía como una complementación esencial del proceso de recuperación de la democracia, y Su Majestad el Rey decía unas palabras en las que abogaba por una identificación entre integración y la creación de mayores espacios, tanto de desarrollo, de intercambios, y por lo tanto de creación de ciudadanía y creo que sus palabras, aunque vengan del año 83, son tan actuales como entonces, porque si la crisis nos ha enseñado algo es que solamente más unidos, más abiertos, más integrados y creando esos espacios más amplios donde intercambiar los recursos, las personas, pero también, desde luego, crear espacios donde los derechos se pueden proteger y ejercer de una manera más amplia, pues avanzaremos como Comunidad Internacional.

En ese sentido, ALADI muestra su vigor con su presencia, cada vez las reuniones son más puntuales, buscan atajar problemas más cotidianos de los ciudadanos de la región y se ve por ello la entrada de nuevos países miembros y también por la mayor actividad de los existentes, con lo cual, poder estar aquí estos años y asistir a las reuniones que podamos como Observadores y poder acompañarlos en la medida que sea posible políticamente y técnicamente en la medida que seamos requeridos, pues es un gran honor. Muchísimas gracias y aquí estamos.