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Incorporación del señor Embajador Bernardino Hugo Saguier Caballero como Secretario General de la ALADI para el período 2008-2011
Discurso del Secretario General, Embajador Bernardino Hugo Saguier Caballero
04/03/2008

Constituye un señalado honor para mi país, la República del Paraguay, y desde luego para mí personalmente, que un paraguayo asuma hoy la Secretaría General de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), cargo para el que he sido electo el 11 de marzo pasado, en la Décimocuarta Reunión del Consejo de Ministros.

Al hacerlo, permítaseme reiterar mis sentimientos de gratitud a todos los miembros de la ALADI, que unánimemente, me han elegido para el desempeño de este cargo.

Estoy comprometido a realizar mis mayores esfuerzos, poniendo toda mi experiencia y capacidad al servicio de la integración.

Nuestra región, los países que integramos la ALADI, nos encontramos en un momento singular en el cual nuestras economías exhiben un importante crecimiento, que también se manifiesta en las exportaciones globales y en los valores transados en el mercado regional.

Si miramos a la ALALC de 1960, y luego a la ALADI de 1980, encontramos que es mucho lo que hemos realizado, mucho lo que hemos logrado, pero también debemos reconocer que tenemos importantes desafíos por superar, como son los mandatos recibidos de la XIII y XIV Reunión del Consejo de Ministros, en las que lamentablemente no hemos podido avanzar como quisiéramos, superando diferencias.

La Secretaría General a mi cargo hará todo lo posible para cumplir con estos mandatos. Lo hará de la mano de los países miembros, juntamente con el Comité de Representantes, trabajando estrechamente en el logro de esos objetivos.

Es evidente, por otra parte, que no podremos avanzar si no buscamos en forma conjunta, puntos de coincidencia.

Yo como ustedes, he estado sentado en la banca de mi país, buscando acuerdos y consensos, intentando hacer productivo nuestro trabajo, pero asimismo, he sufrido decepciones y frustraciones al discutir interminablemente sobre algunos temas sin alcanzar resultados.

Los desafíos que hoy tenemos por delante son muy grandes. El mandato contenido en la Resolución 62 (XIV) del último Consejo de Ministros, nos impone un calendario de tareas que, en una primera etapa, prevé la reunión de los Viceministros, con miras a adelantar los compromisos asumidos en las resoluciones 59, 60 y 61 (XIII). La Secretaría General, está llamada a cumplir su rol propositivo en los preparativos de dicha reunión, impulsando gestiones que permitan allanar el camino en la búsqueda de los consensos necesarios.

Por otra parte, la importancia política del próximo Consejo Extraordinario de Ministros, está fuera de duda. Aspiro a que ese Consejo sea fundamental para la definición del futuro de la Asociación, no sólo en cuanto al marco conceptual, sino en el destino y los caminos que debe seguir en los próximos años.

El camino hacia el Espacio de Libre Comercio ha encontrado múltiples visiones de los países miembros de la Asociación, razón por la cual no hemos podido avanzar lo suficiente como para conformar una primera etapa instrumental del proceso de conformación del ELC y esas múltiples visiones, todas ellas valederas, deben necesariamente converger en aquello que realmente se puede y ello implica un proceso más profundo de reflexión y de negociación entre las partes y, yo diría, un proceso político de acercamiento, sin descuidar lo técnico, pero creo que la hora nos impone una visión mucho más política de la integración para mirar el futuro con posibilidades ciertas de éxito en los cometidos que nos hemos impuesto.

No nos será posible avanzar si no tomamos en cuenta el desarrollo de la temática integradora en la región. Es por ello que, sin olvidar las metas propuestas en la Resolución 59 (XIII), la ALADI debe encaminarse a profundizar el relacionamiento con los sectores identificados como “fuerzas productivas” y, no solamente con aquellas que funcionan actualmente en el seno de la Asociación como son, entre otros, el Consejo Asesor Empresarial (CAE) o el Consejo Asesor Laboral (CAL), sino mirar un poco más adelante, hacia la sociedad civil que puede nutrir a nuestra Asociación con nuevas ideas y enfoques diferentes que enriquezcan el acervo comunitario y nos acerquen mucho más a los pueblos de nuestra región y que la ALADI sea capaz de integrar a nuestras sociedades buscando que los beneficios del proceso alcancen a todos.

En este sentido, la Secretaría General puede aportar una serie de iniciativas que haga de la integración regional un proceso incluyente, amplio, pluralista y coadyuve con el esfuerzo de los gobiernos en su lucha contra la exclusión social, la pobreza, el hambre, mejore la educación y propenda al desarrollo de nuestros pueblos. En definitiva, la integración debe ser para desarrollarnos integralmente y no solo para beneficio de algunos sectores, en coincidencia con las políticas que impulsan nuestros países.

La primera etapa de mi mandato al frente de la Secretaría estará enfocada hacia estos dos objetivos que devienen del espíritu y la letra de los mandatos del Consejo de Ministros, sin descuidar por ello, el trabajo habitual de la Secretaría en los diversos temas de su competencia.

Asumo la Secretaría General con la intención de ser un facilitador de los entendimientos que debemos obtener; para tratar de viabilizar aquello que es posible objetivamente, aquello que los países miembros entienden que se puede alcanzar, lo que nos permitan avanzar hacia la consecución del objetivo final del mercado común latinoamericano, desde un punto de vista pragmático e incluyente. No será posible progresar en el camino hacia la integración si no constituimos un proceso en el que se tomen en cuenta el interés de cada uno de los miembros, con apertura y con una fuerte dosis de objetividad y realismo.

Ya he manifestado que la Secretaría General trabajará estrechamente con los miembros del Comité. Déjenme explayarme sobre este tema. Es mi propósito apuntalar el trabajo con la consulta permanente a los países, a los miembros del Comité, buscando que el mismo actúe, como lo que es, el órgano permanente de debate, concertación y conducción política.

Es mi deseo viajar a las capitales de los países de los países miembros, para recabar personalmente, y de ser posible en compañía de los señores y señoras representantes, en sus respectivas Cancillerías y demás organismos competentes, cuáles son las expectativas que tienen de la ALADI. Al respecto, ya he recibido invitaciones de algunos países.

Tengo bien presente que sin el apoyo de ustedes será muy difícil cumplir con mi mandato.

En lo que se refiere al funcionamiento de la Secretaría General, la estructura de la misma debe ser objeto de una evaluación en este año. Desearía participar de esa evaluación, en su momento, con las propuestas de cambios y ajustes que la experiencia de los primeros meses de gestión pueda aconsejar.

Mi plan de trabajo es muy simple: trabajar, trabajar, como ya lo dije, en estrecha colaboración y consulta permanente con los integrantes del Comité.

Trabajemos entonces solidaria y fraternalmente, armonizando posiciones antagónicas y superando la falsa percepción de una competencia, que no puede existir, entre los órganos políticos y su Secretaría.