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Incorporación de la Representante Permanente de Cuba, Embajador Marielena Ruiz Capote
Intervención de la Excma. Sra. Marielena Ruiz Capote, Embajadora y Representante Permanente de Cuba ante la ALADI
11/23/2005

Es para mi un gran honor ser recibida por ustedes en la Casa de la Integración Latinoamericana y Caribeña, en mi calidad de Representante Permanente de la República de Cuba ante esta Asociación, que constituye el más representativo y por ello el más trascendente de los organismos de integración de Nuestra América.

Me incorporo hoy al Comité de Representantes después de completar mi acreditación como Embajadora de Cuba ante la República Oriental del Uruguay; tras el valiente gesto del Gobierno del Dr. Tabaré Vázquez de restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países hermanos, como primer acto de política exterior.

Aprovecho la ocasión para reiterar al pueblo y al gobierno uruguayos nuestro agradecimiento por la calurosa y fraternal acogida que nos han dispensado desde que llegamos a Montevideo. A ustedes, Representantes Permanentes y a la Secretaría General, les agradezco esta bienvenida.

El pasado 26 de agosto se cumplieron seis años de la incorporación de Cuba como miembro pleno de la ALADI; un viejo anhelo que se hizo realidad por nuestra voluntad política de participar activamente en el proceso de integración regional, y gracias al apoyo que recibimos de todos los Países Miembros.

En aquella ocasión se ratificaron y recuperaron vigencia los principios fundamentales de la Asociación contenidos en el Tratado de Montevideo de 1980. En estos seis años nuestra Representación Permanente ha trabajado activamente por fortalecer a la ALADI basados en sus objetivos fundacionales.

Durante estos 25 años los mecanismos del Tratado han permitido establecer una red de acuerdos bilaterales y subregionales entre los países miembros. Una gran parte del comercio intrarregional se canaliza mediante estos instrumentos.

Sin embargo, debemos preguntarnos si el camino avanzado ha sido suficiente. Si no ha llegado la hora de lograr una integración verdadera y solidaria, que ponga en primer orden la solución de los sufrimientos y las necesidades de nuestros pueblos.

La realidad actual se impone. Los países que integramos la ALADI formamos parte mayoritaria de la región de mayor desigualdad del mundo. Las cifras y los porcentajes de pobreza, analfabetismo y problemas de salud de los más necesitados son pruebas irrebatibles de lo que enfrentamos.

Un enfoque de la integración constreñido al comercio puede contribuir a continuar profundizando esas desigualdades y ahondar la pobreza existente. Consideramos que ha llegado el momento de atender con prioridad las necesidades de salud, educación y alimentación de nuestros pueblos.

El deseo y la vocación de integrarnos no deben continuar conduciéndonos al espejismo de competir entre nosotros por mercados, sino a tratar de solucionar nuestros problemas comunes de conjunto, mediante la cooperación solidaria; la colaboración mutua; la complementación económica y productiva; y el intercambio científico y tecnológico.

Solo de esa forma podríamos fortalecernos y hacer prevalecer nuestros intereses comunes y soberanía frente al ALCA, y así lograr la integración real y solidaria que precisan nuestros pueblos.

Si no atendemos juntos a esta amenaza, corremos el riesgo de dividirnos y debilitarnos, al buscar fórmulas individuales, en vez de convocarnos a encontrar soluciones colectivas.

Si no recorremos un camino común, perderemos para siempre la oportunidad de existir como latinoamericanos y caribeños, y no haremos realidad los sueños y las ideas de nuestros Próceres.

Por ello, tenemos muchas expectativas en que mediante los mandatos emanados del XIII Consejo de Ministros, la ALADI pueda consolidarse y lograr un mayor alcance como foro de concertación y consulta para enfrentar los asuntos perentorios y de importancia estratégica de la región.

Destacamos la importancia del acuerdo entre la Comunidad Andina y el Mercosur, así como de los avances de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Esperamos que esta iniciativa sea el embrión de una futura Comunidad Latinoamericana y Caribeña de Naciones, que sería la concreción del ideal de tener una sola nación, con voz propia.

En ese contexto, Cuba ratifica su interés de suscribir acuerdos comerciales preferenciales con el Mercosur y con la Comunidad Andina, y al mismo tiempo continuará avanzando en su relación con Caricom, los países centroamericanos y otros de la región.

Nuestra visión de una integración real y solidaria es compartida por el hermano gobierno venezolano. Por ello hemos suscrito un conjunto de acuerdos que conforman la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que ya está dando solución a problemas acuciantes de nuestros pueblos en materia de salud, educación y alimentación.

Avanzamos en proyectos comunes en materia energética, construcción, transporte, financiamiento, en la colaboración científico-técnica, preparación y formación de profesionales y en materia de servicios especializados, así como en potenciar diferentes sectores mediante la complementación productiva.

Como estamos seguros de que Nuestra América se encamina hacia un futuro común, pues no existe otra alternativa, estamos dispuestos a compartir con todos esa visión y a emprender las acciones que sean necesarias para comenzar a resolver esos problemas e imponernos a los desafíos que tenemos como región.

Cuba no cejará en su empeño de que exista un Espacio Libre de indigentes y de pobres, analfabetos o semianalfabetos, de personas que no reciban atención médica, y de latinoamericanos y caribeños que no puedan tener una vida digna y decorosa, que no tengan presente ni futuro.

Nuestra voz se levantará siempre para apoyar cualquier iniciativa común en ese sentido.

Esperamos que la ALADI también asuma y desempeñe un papel protagónico en esos aspectos. Para ello puede contar con el apoyo de Cuba.

Muchas gracias.