Muy buenos días a todos, señor Presidente, señores Representantes Permanentes, señores Delegados, señores Subsecretarios, recién recibidos por este Cuerpo Político de la Organización.

Reitero las palabras de bienvenida que en el terreno informal tuvimos ocasión, en estas últimas horas de mantener con ustedes. Reitero también las expectativas razonables que acerca de la conformación de este equipo se generan con vuestra presencia.

Aportes distintos, el aporte de un economista internacional, que ha trabajado en muy diversas áreas, pero que constituye la dimensión económica internacional, cual es el caso del licenciado Rivera y aporte regional, próximo, muy próximo, con experiencia al interior de la propia ALADI, como es el caso de don Isaac Maidana. Aportes distintos para un emprendimiento común y aportes, naturalmente que habrá que conjugarse en una suerte de combinación posible de los esfuerzos mejores que cada uno pueda aportar.

El tiempo de ALADI no es seguramente el mismo tiempo de ayer, como no será seguramente el de hoy, el mismo tiempo de mañana, esta Organización, para seguir el diapasón, para seguir el ritmo de lo que está sucediendo en la región y fuera de ésta, debe de hacer un gran esfuerzo de sintonía con la realidad y con las demandas de la gente, y con las expectativas de los Estados.

Para ello tiene que trabajar en un plano técnico, diría yo, muy severo, muy disciplinado, muy acotado al conocimiento y muy referido al conocimiento. Ello implica el aporte cotidiano de la información y su procesamiento y en definitiva, su utilización, para llegar, recién, finalmente a la etapa de la difusión, o a la etapa de la transferencia.

Todo eso, espero yo, como Secretario General, pero todo eso, más que el Secretario General, lo espera la ALADI, lo esperan los Estados, nosotros hemos trabajado un tanto pragmáticamente, desde el 18 de marzo, hasta el día de hoy, este triángulo no estaba conformado. El proceso de construcción ha sido un proceso arduo, pero precisamente porque ha sido arduo y por momentos complejo, creo que tiene la solidez del acuerdo, la solidez de la aprobación, la solidez del consenso, y esa solidez es la que seguramente se habrá de plasmar en una relación efectiva de trabajo entre todos nosotros.

Solo algunas palabras, señor Presidente, para refrescar lo que ha sido el intercambio de estas últimas horas. La ALADI tiene una agenda, tiene un recorrido, tiene una metodología, tiene una estructura de funcionamiento, tiene un presupuesto en proceso de gestación y unos programas en trámite de aprobación, y tiene un personal y tiene una calificación y debemos, cada uno de esos episodios, en cada uno de esos lugares, subir nuestra nota, subir nuestra calificación. Nosotros no somos medidos por calificadoras de riesgo, pero sí somos medidos por la opinión pública, a veces un tanto difusa, invertebrada, y otras veces, un tanto formalizada a través de las expresiones puntuales de los Gobiernos.

Respecto de una y de otra, debemos estar atentos, y para que la ALADI recupere su carácter de referente regional de la integración, -referente regional de la integración- debe estar en sintonía con lo que es el concepto mismo de integración.

Integración, que además se plasma claramente en la integración de esta Secretaría, un Secretario General de un país del MERCOSUR, un Subsecretario de un país andino y un Subsecretario de México. Creo que allí, en ese triángulo está marcada, de una manera palmaria, de una manera evidente, el reflejo claro de la representatividad.

Y la representatividad es buena cosa a la hora, también de expresar voluntades técnicas, por eso, creo que los nuevos tiempos, la nueva agenda, los nuevos desafíos, esta integración en la que estamos todos incluidos nos permite mirar, no con un optimismo ciertamente ingenuo, o con una aprobación inicial sin beneficio de inventario, pero sí nos permite mirar nuestro futuro en lo inmediato como un futuro preñado de desafíos y de posibilidades. Sin integración no habrá desarrollo, ni habrá crecimiento, no quiere decir que con integración habrá crecimiento y desarrollo, o con integración exclusivamente, pero sin integración habrá un capítulo importante de ese crecimiento y de ese desarrollo que es la aproximación de los pueblos, que es la convergencia, no sólo en el terreno comercial, sino en el terreno de la recíproca comprensión y el reconocimiento de cuáles son nuestros temas comunes y nuestras terapéuticas comunes, sin esa convicción no habrá una respuesta válida a la globalización.

Se dice; -y no lo digo yo- lo dice una abundante y seguramente muy prestigiosa doctrina y práctica internacional, que uno de los anticuerpos a la globalización, si en esos términos se puede hablar es la integración, porque la integración se basa en un principio físico, en un principio natural, que es el principio de la proximidad y el principio de la proximidad y el principio de los valores suele colocarse por encima de otras manifestaciones de la concordancia que no apuntan tanto a la base filosófico - política de las sociedades, sino a su configuración financiera, puramente económica.

Por ello, por todo eso, es que para nosotros este acto no es un acto burocrático, no es un acto de trascendencia menor, no es un acto de administración, este es un acto de disposición, como se diría en el viejo Derecho Romano y lo es, porque en este momento la Organización se dispone a encarar una etapa con mucho vigor, con mucho entusiasmo, con mucha fuerza, con mucha probidad, con mucha lealtad, con mucha consecuencia con la responsabilidad que conlleva a hacer que esta Organización, que se apresta a cumplir 25 años el próximo viernes, se encuentre joven, pero se encuentre pretórica de interés, pretórica de entusiasmo para trabajar por una América Latina, que debe de integrarse más allá de las circunstancias o del episodio.

Por eso, sean ustedes bienvenidos, nuestras perspectivas son de trabajo, pero a la vez son también de interés. Cuento con ustedes, ustedes cuentan conmigo, seguramente el Comité cuenta con todos nosotros. Muchas gracias