Estimado Embajador deseo expresar en nombre de este Comité nuestro sentimiento de amistad y agradecimiento por la tareas realizadas por usted en la ALADI en cuyo seno se ha caracterizado por ser una presencia moderadora y constructiva, sabemos que próximamente cumplirá nuevas e importantes responsabilidades que le han sido conferidas en la Cancillería del Brasil como Embajador en la República de Cuba, en reconocimiento de su dedicación, experiencia y capacidad.

Entre el mes de abril del 2002 en que este organismo político de la ALADI dio a usted la bienvenida hasta el momento actual, ha transcurrido un trascendente e intenso período de trabajo en la vida de esta institución, el que ha contado con su muy activa participación y entrega a la causa de la integración latinoamericana.

Es precisamente en este período, cuando se efectuaron los trabajo para definir y acordar las decisiones para la conformación del Espacio de Libre Comercio, eslabón en la creación posterior de un Mercado Común Latinoamericano, así como lo concerniente al rol futuro de la ALADI, en particular quiero destacar su aporte a la organización de las tareas de los Grupo de Trabajo del Espacio de Libre Comercio.

Reciba nuestro sincero reconocimiento por su muy relevante participación en los trabajos de este Comité, así como en el equilibrado y eficiente ejercicio cuando le correspondió en el año 2003 ejercer la Presidencia del mismo, e igualmente en la variadas responsabilidades que su país condujo dentro de las labores de la Asociación, incluyendo la construcción del Grupo de Trabajo sobre Integración Física e Infraestructura desde el año 2004.

Asimismo, fueron constructivas sus contribuciones en cuanto al la reestructura de la Secretaría General de la ALADI, la preparación de XIII Consejo de Ministros de la ALADI y a la concreción de los Acuerdos MERCOSUR-CAN y MERCOSUR-Perú, todo ello sin descuidar que Brasil se mantuviera al día en sus contribuciones en la ALADI.

En su actuación en estos casi cinco años, señor Embajador, apreciamos la vocación y trascendencia que para Brasil tiene la integración regional, la que constituye uno de los ejes fundamentales de su política exterior. De igual manera su trabajo en la Asociación reflejó el papel relevante que Brasil confiere a la profundización de la integración regional como parte de sus esfuerzos para mejorar su inserción en la economía mundial. La renovación de los miembros de este Comité es siempre propicia para ser una reflexión acerca del breve lapso de actuación que a cada uno de nosotros nos corresponde frente al compromiso de avanzar hacia los grandes objetivos de la Asociación.

Percibimos que en el conjunto de los países de América Latina, se manifiesta hoy en día, un renovado propósito de impulsar la integración económica regional, mediante la adopción de compromisos de caminar aceleradamente en sus diferentes dimensiones. La decisión política de impulsar la integración está acompañada de un período económico sin precedentes cercanos para nuestros países. En el 2007 nuestra región completará un ciclo de cinco años de crecimiento continuo con una notoria mejora en los términos de intercambio en nuestro comercio creciendo la región con superávit en cuenta corriente y menor vulnerabilidad fiscal y externa que en el pasado. Basta mencionar como ilustrativo para el año pasado, un crecimiento del conjunto de los países miembros del más del cinco por ciento, un total de exportaciones algo superior a los 630.000 millones de dólares y un excedente comercial de 100.000 millones de dólares. Finalmente el comercio intrarregional alcanzaría la cifra sin precedentes de 96.000 millones de dólares, todo ello en un marco en el que se han ido llenando todos los huecos bilaterales de la matriz de relaciones comerciales entre los países de la Asociación.

En anteriores momentos de la historia latinoamericana las dificultades económicas y las crisis coyunturales alejaban y hacían más complejo el camino de la integración, situación que hoy es notoriamente diferente. Es por este favorable entorno político y económico que correspondería a la ALADI traducir la renovada vocación integracionista en el impulso del cumplimiento de los mandatos en curso y complementariamente en la generación de iniciativas y propuestas que nos permitan avanzar hacia las metas del Tratado de Montevideo de 1980 que nos comprometen, nos unen y nos convocan.

Estimado señor Embajador, por su espíritu de colaboración y profundo sentimiento latinoamericano dejará usted un marcado e imborrable recuerdo en nuestra Asociación y entre todos sus colegas. Deseo a nombre de los Representantes Permanentes y en el mío propio que esta nueva etapa profesional y personal sea propicia para usted y su familia, para toda clase de éxitos y que tanto usted como su señora esposa disfruten gratamente de su próxima estadía en Cuba.

Muchas gracias por haberlo tenido entre nosotros, señor Embajador.

A continuación le concedo el uso de la palabra al Secretario General de la Asociación, para sus palabras de despedida.