Estimada Embajadora, deseo expresar a nombre de este Comité nuestros sentimientos de amistad y agradecimiento por las tareas realizadas por usted en la ALADI, en cuyo seno se ha caracterizado por ser una presencia meticulosa y dedicada. Con seguridad próximamente cumplirá nuevas e importantes responsabilidades en la Cancillería de México, en reconocimiento a su dedicación y a su eficiente trabajo como representante de los intereses de México.

Entre el mes de marzo de 2004, en que este órgano político de la ALADI dio a usted la bienvenida, hasta la presente fecha, ha transcurrido un trascendente intenso período de trabajo en la vida de la Institución, el que ha contado con su muy activa participación y entrega a las causas de la integración latinoamericana. En particular, le tocó iniciarse al mismo tiempo que se concretaba el Acuerdo entre México y Uruguay, y me constan sus esfuerzos para que su aplicación superara dificultades y fuera beneficioso para ambos países.

Es precisamente en este período cuando se culminaron los trabajos para definir y acordar las decisiones para la conformación del Espacio de Libre Comercio, eslabón importante en la creación posterior de un mercado común latinoamericano, así como en lo concerniente al futuro rol de la ALADI en el proceso.

Reciba nuestro sincero reconocimiento por su participación en los trabajos de este Comité, así como en el ejercicio, cuando le correspondió, en el año 2006, ejercer la Presidencia del mismo, e igualmente en las variadas responsabilidades que su país condujo dentro de las labores de la Asociación, incluyendo la conducción del Grupo de Trabajo sobre Nuevos Temas.

En su actuación en estos 3 años, señora Embajadora, apreciamos la vocación que para México tiene la integración regional, y que usted destacara en sus palabras en ocasión de su incorporación a este organismo, actuando luego para ayudar a superar el “aislamiento económico recíproco” entre los países, citando sus propias palabras.

De igual manera, su trabajo en la Asociación reflejó que México confiere un papel destacado a la profundización de la integración regional paralelamente a sus esfuerzos para mejorar su inserción en los destinos de extrazona. Debemos destacar, en este sentido, que el comercio de México con la región ha pasado entre los años 2005 y 2006 de 16 mil a más de 20 mil millones de dólares, creciendo bastante más que el comercio del país con el resto de mundo.

La renovación de los miembros de este Comité siempre es propicia para hacer una reflexión acerca del breve lapso de actuación que a cada uno de nosotros nos corresponde, frente al compromiso de avanzar hacia los grandes objetivos de la Asociación.

Percibimos que en el conjunto de los países de América Latina se manifiesta hoy en día un renovado propósito de impulsar la integración económica regional, mediante la adopción de compromisos para caminar aceleradamente en sus diferentes dimensiones. El Espacio de Libre Comercio que está en discusión es un ejemplo fehaciente de lo mismo.

La decisión política de impulsar la integración está acompañada de un período económico sin precedente cercano para nuestros países. En el 2007 nuestra región completará un ciclo de un quinquenio de crecimiento continuo, con una notoria mejora en los términos de intercambio en nuestro comercio, crecimiento con superávit en la cuenta corriente y una menor vulnerabilidad fiscal y externa que en el pasado. Basta mencionar como ilustrativos para el pasado año, un crecimiento del conjunto de los países miembros de más del 5%, un total de exportaciones algo superior a los 560.000 millones de dólares y un excedente comercial de 75.000 millones. Finalmente, el comercio intrarregional alcanzó una cifra sin precedente de más de 80.000 millones de dólares. Todo ello, en un marco en el que se han ido llenando todos los huecos bilaterales la matriz de relaciones comerciales bilaterales entre los países de la Asociación.

En anteriores momentos de la historia latinoamericana las dificultades económicas y crisis coyunturales alejaban y hacían más complejo el camino de la integración, situación que hoy es notoriamente diferente.

Es por este favorable entorno político y económico que correspondería a la ALADI traducir la renovada vocación integracionista en el impulso al cumplimiento de los mandatos en curso y, complementariamente, en la generación de iniciativas y propuestas que nos permitan avanzar hacia las metas del Tratado de Montevideo 1980, que nos comprometen y nos unen y usted con tanta eficiencia ha colaborado a profundizar.

Estimada señora Embajadora, es claro que su paso por la Asociación no ha de pasar desapercibido.

Deseo a nombre de los Representantes Permanentes y en el mío propio que esta nueva etapa de su vida profesional y personal, sea propicia para toda clase de éxitos y que tanto usted como su familia tengan las mayores felicidades en el futuro.

A continuación le concedo el uso de la palabra al Secretario General de la Asociación para decir unas palabras de despedida a la señora Embajadora de México.