 | Muy buenas tardes a todas, a todos, a Estela. Hoy día ALADI tendrá una ceremonia excepcional, un acto que ALADI no olvidará, un acto en donde ALADI se viste de emoción, se viste de solidaridad, porque no solamente rendimos a esta Ciudadana Ilustre de América Latina, declarándola la ALADI la primera Ciudadana Ilustre de América Latina sino, por sobre todo, porque rendimos tributo a una mujer símbolo, a una madre símbolo, a una abuela símbolo, a una mujer coraje que nos representa en toda la América Latina y en el mundo entero.
Quiero decirles que, efectivamente, Estela Carlotto enfrentó una larga noche pero quiere pedirles un cerrado aplauso para esta Estela Carlotto que es una vencedora del miedo.
… Me dice ella que muchas mujeres somos así y por eso rindo tributo a esta mujer que para nosotros ha representado un símbolo excepcional en esta trayectoria de vida. Me toca como Presidenta del Comité de Representantes de la Asociación Latinoamericana de Integración, ALADI, esta casa decana de la integración, darle las palabras de bienvenida, pero en el recibo de la puerta principal y en el salón de recibo de la ALADI, con la comisión que teníamos para hacerla ingresar a esta sala Cisneros, tan importante de la integración para todos nosotros, le decía que no es la primera vez que me toca recibirla, me tocó recibirla también en el Perú, me tocó recibirla como parte de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, junto a Francisco Soberón, junto a Susana Villarán, junto a Sofía Majer, junto a Pilar Coll, el conjunto de estos hombres y mujeres que en América Latina hemos enfrentado la noche negra de las dictaduras y hemos enfrentado esa tenaz lucha por afirmar los derechos universales, los derechos humanos y hacer de esta causa una bandera fundamental de nuestros pueblos y eso es lo que para nosotros significa la integración y eso es lo que para nosotros significa Estela Barnes de Carlotto.
Estela nació un octubre, de una familia de ascendencia inglesa, maestra de escuela primaria, no tenía una actuación pública, sin embargo tenía cuatro hijos, como muchas de las mujeres de América Latina. En noviembre de 1977 fue secuestrada su hija Laura, en momentos en que gobernaba el país la dictadura cívico-militar, nos tocó a muchos vivir en tiempo difíciles. Tres de los hijos de Estela participaban en política; Laura Estela, estudiante de historia de la Universidad de La Plata, militaba en el Peronismo; Claudia pertenecía a la Juventud Universitaria Peronista; Guido Miguel integraba el Centro de Estudiantes de su escuela secundaria.
El 5 de agosto del 77’ las fuerzas armadas secuestraron a su esposo Guido Carlotto, que fue liberado luego del pago de 40 millones de pesos, equivalentes a 30 mil dólares de esa época, luego de haber sido torturado. A finales del 77’, Laura, su hija, embarazada de 3 meses fue secuestrada y mantenida con vida en la ciudad de La Plata hasta el parto, ocurrido el 26 de junio de 1978. Por supuesto que Estela hizo gestiones para la liberación de su hija y llegó a entrevistarse con el general Reynaldo Bignone.
En el 78’ comenzó a participar en las actividades de las Abuelas de Plaza de Mayo, el mundo entero vio recorrer a las Abuelas de Plaza de Mayo, que se convirtieron para todas nosotras y para todos nosotros en un símbolo de esa lucha, en un paradigma de lo que significó ese recorrido día tras día, en una excepcional cirugía de lo que representaba esa posibilidad, esa forma nueva de lucha, esa forma de decir que querían a sus hijos, que querían a sus nietos, que buscaban a sus desaparecidos, como sucedió en toda la América Latina.
Carlotto comenzó entonces a buscar y a exigir la aparición de su nieto. El 25 de agosto fue convocada por los militares y le fue entregado el cadáver de su hija, exigió por lo tanto la aparición de su nieto y, efectivamente, fue una de las fundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo y una de sus presidentas históricas.
En el 85’ y en democracia hizo exhumar el cuerpo y un equipo de antropología forense lo examinó a fondo para determinar con exactitud todo lo que los militares habían negado y así comprobar que era su hija. Esta vez sí quiso verla, vio sus huesos, su pelo y Estela cerró el duelo. Durante casi 4 décadas Estela de Carlotto buscó a su nieto, colaboró para encontrar a los hijos de miles de desaparecidos durante los años de la junta militar argentina. Estela caminó disfrutando lo que otras Abuelas abrazaban como propio, pensando cuando me tocará oír un timbre, una voz, la sangre comparada que diga “soy tu nieto Guido”. Entonces ella decía “sonarán en el cielo los clarines de la victoria y Laura -su hija- desde ahí me sonreirá”.
El 5 de agosto de 2014, a los 84 años, después de casi 40 años de lucha y de otros 113 nietos recuperados, Carlotto pudo añadir otro capítulo a su historia y pensar de nuevo en la madre asesinada de Guido y en su Laura, y que ella estaría diciendo “Mamá, te ganaste una batalla larga”.
Muchas veces las mujeres hemos perdido carreras de 100 metros, pero en general ganamos las carreras de resistencia, esas que son de largo plazo, esas que son las carreras de fondo. Carlotto es una de ellas, como tantas de las mujeres de la América Latina.
Guido, hoy día, es pianista, es compositor, es maravilloso enfrentar así la vida. Es hijo de Walmir Oscar Montoya y de Laura Estela Carlotto, que se encontraban en la clandestinidad como militantes de la organización peronista Montoneros. Ya había celebrado la identificación de otros nietos años antes de que él fuera protagonista de un histórico hallazgo.
Son muchas las condecoraciones y reconocimientos recibidos por Estela Carlotto, diferentes premios a los derechos humanos, ha sido declarada Ciudadana Ilustre en diferentes espacios, entre ellos, el MERCOSUR, la ciudad de La Plata, San Carlos de Bariloche, la ciudad de Pergamino, Pehuajó, la Universidad de Tucumán, ha tenido diferentes menciones de honor, ha tenido doctorados honoris causa en diferentes universidades que, efectivamente, el tiempo no nos permite destacar en estos momentos. Sin embargo, en nombre del Comité de Representantes de la Asociación Latinoamericana de Integración, tengo el honor de declararla Ciudadana Ilustre de América Latina, primera Ciudadana Ilustre declarada por ALADI, y eso nos honra en esta sala y en este salón en el que rendimos nuestro homenaje y le expresamos el mejor de nuestros aplausos.
… Finalmente, les quiero decir que el mejor premio, el mejor símbolo, la mejor distinción que ella lleva ahora tiene el nombre de Guido y de los 114 Guidos, y seguirán muchos Guidos más porque no me cabe duda que su lucha no va a cejar. Muchísimas gracias.
Quisiera a continuación, darle el uso de la palabra a Carlos “Chacho” Alvarez, para también expresarle sus sentimientos y expresar ese reconocimiento a nuestra querida Estela Barnes de Carlotto. | |