...PRENSA


Ceremonia de homenaje al Prócer de la República Oriental del Uruguay,
José Gervasio Artigas
Palabras del Presidente del Comité de Representantes Permanentes, Embajador Héctor Casanueva Ojeda
03/15/2004

Me corresponde el alto honor de presidir esta sesión extraordinaria del Comité de Representantes Permanentes de la ALADI, convocada para rendir homenaje al prócer de la República Oriental del Uruguay, General José Gervasio Artigas.

Asimismo, este Comité y la Secretaría General se complacen en recibir, en una ceremonia que tendrá lugar en unos minutos más, la donación del Gobierno uruguayo de un busto del héroe para ser instalado en el frontis de esta sede junto a los de Bolívar, San Martín, Tiradentes, Ohiggins e Hidalgo .

La presencia con nosotros esta mañana del Sr. Canciller Didier Opperti y altas autoridades del gobierno uruguayo, así como de embajadores y representantes de países y organismos observadores y distinguidos invitados especiales, confieren a esta sesión y a la ceremonia que le seguirá, un especial realce, digno de tan relevante figura de nuestra América a la que rendimos homenaje.

Será esta una magnífica oportunidad para escuchar de parte del Sr. Ministro una semblanza de quien en pocos años dejara una impronta que perdura y crece hasta nuestros días, del político democrático, del estadista, del aplicado administrador, del militar, del líder que desde el Uruguay profundo y con un estilo distinto fuera un adelantado humanista y protector social, del visionario promotor de la educación y la cultura, profundamente libertario, respetuoso de los valores autóctonos, amante de la naturaleza, del campo y sus tradiciones, que fuera el Jefe de los Orientales, gobernante y “Protector de los pueblos libres”.

La valoración que nuestros pueblos y gobiernos tienen de la persona de José Artigas, ilustre oriental y ejemplo para todos nosotros, justifican ampliamente este homenaje.

La reconstrucción histórica que dedicados historiadores uruguayos han realizado de la vida, circunstancias y hechos del prócer, apoyados en una notable documentación que el Archivo Artigas ha conseguido recopilar, restaurar y codificar, ha contribuido a realzar cada vez con mayor fuerza, y al mismo tiempo cada vez con mayor perspectiva, el ideario de este gran líder que en muchas cosas -a juzgar por los documentos que he podido conocer- se adelantó a su época, en cuyos planteamientos políticos y económicos es posible reconocer hoy muchas de las virtudes que adornan a esta nación y que caracterizan la idiosincrasia de su pueblo.

Sería un acto de suma audacia que careciendo de las calificaciones necesarias -y pudiendo solamente exhibir como mérito la profunda admiración que me genera la personalidad de Artigas- me extendiera en consideraciones sobre la vida y la obra del prócer, especialmente cuando tenemos esta mañana la fortuna de contar con la participación del señor ministro, reconocido y respetado estudioso y académico.

Sólo quisiera mencionar -porque me parece pertinente hacerlo en la Casa de la Integración- cuan estimulante resulta encontrar en determinados textos y documentos de Artigas referencias explícitas al libre comercio, y actos administrativos, oficios, instrucciones y decisiones que pueden considerarse precursoras del libre intercambio entre nuestros países, y al mismo tiempo conceptos de carácter social que configuran un ideario coherente en el que aparece con claridad el sentido social de la economía, del comercio, de la producción.

Próximos ya a cumplir doscientos años de la gesta fundacional de nuestras repúblicas, no deja de ser a la vez dramático comprobar cuan lejos estamos todavía de concretar a nivel regional ideales como los que motivaron a nuestros libertadores.

Permítame terminar -señor ministro, estimados colegas- estas palabras introductorias recurriendo al poeta latinoamericano universal, Pablo Neruda, quien en su obra dedicada a nuestra América, el “Canto General”, destina al prócer unos versos que recogen líricamente tanto la dimensión épica como el arraigo del héroe a la tierra y la ruralidad de la que surge su fuerza:






“ Artigas crecía entre los matorrales y fue tempestuoso su paso
porque en las praderas, creciendo el galope de piedra o campana
llegó a sacudir la inclemencia del páramo como repetida centella,

llegó a acumular el color celestial extendiendo los cascos sonoros
hasta que nació una bandera empapada en el uruguayano rocío.

¡ Oh Artigas, soldado del campo creciente......

¡ Oh padre constante del itinerario, caudillo del rumbo,
centauro de la polvareda !!