Queridos Amigos:

Hace apenas poco más de siete horas, hace 24 años, en este mismo Salón que ahora nos alberga, once países, ahora doce, decidían continuar el proceso de integración que habían iniciado 2 décadas atrás, al suscribir el Tratado de Montevideo 1980.

Por tanto, ¿qué mejor homenaje podríamos hacer a esos visionarios de nuestra integración que reunirnos en este magno Salón para conmemorar el XXIV aniversario de nuestra creación? Y hacerlo ahora, precisamente, cuando nos encontramos en las puertas de la recuperación del proyecto multilateral que ellos diseñaron y que, por esos avatares de la vida, nos corresponde a nosotros poner en marcha.

No ha sido un tránsito sencillo. Hemos debido salvar un sinnúmero de obstáculos de diversa índole, pero la voluntad política de los países ha prevalecido sobre toda esa serie de factores, tanto externos como internos, que recurrentemente han atentado, y atentan, en contra de la unidad de los pueblos latinoamericanos.

Hoy hacemos un alto en el camino. Conmemoramos nuestro aniversario con una actividad fuera de nuestra labor cotidiana, pero que, tal vez, hace más a la construcción de ese proyecto soñado por quienes nos antecedieron en estas labores que ahora nos ocupan.

Ayer, una muestra de arte plástico con “un pintor de buena letra”, como fuera calificado por la crítica, y hoy, con las Galas de Tango. Con ambas, igualmente, rendimos un merecido homenaje al Uruguay, nuestro país sede, que con tanta cordialidad y calidez nos cobija.

Sin embargo, todo lo que hicimos anoche y lo que a continuación disfrutaremos, no hubiese sido posible concretarlo sin el valioso aporte de las empresas que han creído y confiado en nosotros y en nuestra Asociación. Así como tampoco, a la denodada y dedicada labor de los funcionarios de la Secretaría General que dirijo. A todos ellos, mi eterno agradecimiento.

Apaguemos nuestros teléfonos celulares y dispongámonos entonces, a disfrutar de esta velada rioplatense y dejémonos llevar por esa batuta mágica de Federico García Vigil que magistralmente conduce a la Orquesta Filarmónica de Montevideo, para surcar los cielos de nuestros ensueños.

Muchas Gracias