 | Como dijo el Presidente del Comité, el mundo diplomático es muy desconsiderado del universo de los afectos porque uno nunca termina de conocer más profundamente a las personas, a no ser que haya un recorrido afectivo anterior. Y eso termina muchas veces haciendo apelar a lugares comunes. Esto nos pasó un poco con el Embajador Pradel, con Patricio, que vino aquí con una presencia muy valorada porque es importante hoy, siendo latinoamericanos, la presencia de embajadores que tengan un compromiso muy fuerte no solamente con la integración, sino también con la convergencia, porque es evidente que América Latina está atravesando unas circunstancias en que estos dos vectores: la fragmentación o la convergencia están como en disputa todo el tiempo, y me parece que hay que hacer un gran esfuerzo, que no es un esfuerzo menor, para trascender las contradicciones, las diferencias y construir una pluralidad de sentidos y una unidad de sentidos a veces diversos, a veces contradictorios.
Y en ese sentido, la presencia personal, independientemente de la posición de los países, es muy importante; el carácter personal que cada uno le otorga a una Misión juega un papel muy importante. No digo que un embajador pueda tener ideas distintas a las de su país pero las características personales tienen una incidencia importante también en la política del día a día que se desarrolla, por ejemplo, en organismos multilaterales. Y en ese sentido, lo poco que transitamos con el Embajador Pradel, independientemente de que haya sido Embajador de un Gobierno autocaracterizado como centro derecha, no impidió que trabajásemos por los mismos objetivos que trabaja Chile hoy, en un Gobierno de la concertación, en un Gobierno progresista, encabezado por la amiga y compañera Michelle Bachelet.
Entonces, en ese sentido, yo valoro mucho la gestión de Patricio, la gestión del Embajador Pradel en la ALADI con el cual, vuelvo a insistir, estábamos construyendo una relación que era más profunda y es importante, justamente, porque también las relaciones humanas en esta actividad tienen mucho que ver con la eficacia en la gestión, es decir, el relacionamiento personal es un componente, un ingrediente fundamental en esta tarea, sobre todo cuando hay situaciones contradictorias o conflictivas.
En ese sentido, las políticas que han esbozado el Canciller y la propia Presidenta Bachelet es una política que va a atender a fortalecer los temas de la convergencia. Entonces, es muy bueno que frente a las tendencias centrífugas, a las tendencias entrópicas, haya una presencia política importante de actores, de fuerzas y de países 4
que jueguen a favor de fortalecer la unidad y de fortalecer la convergencia en América Latina; y el Embajador Pradel ha sido un exponente de estas políticas.
Así que yo le agradezco la gestión que ha tenido en la ALADI y no nos ponemos del todo melancólicos porque el Embajador va a seguir conectado con la tarea regional latinoamericana, va a ser Jefe de Gabinete del Vicecanciller, o sea que va a tener una impronta y un compromiso con las tareas que estamos llevando adelante y entonces cuando un amigo se va pero se va a la región está más cerca.
Yo sé que muchos diplomáticos prefieren irse a extrarregión, a otros mundos, pero nosotros apostamos a esta región, a nuestra región. Así que saludamos mucho que el Embajador Pradel siga ligado a los temas regionales, a los temas que nos compete a nosotros porque de alguna manera vamos a seguir trabajando juntos en esta gran tarea histórica que tenemos por delante.
Gracias por la tarea realizada acá Embajador, le agradecemos mucho, desde el punto de vista de la Secretaría General, la colaboración con la Secretaría y muy buena suerte en su nuevo destino. Gracias. | |