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Donación del Gobierno de Cuba a las Asociación de un Busto del Héroe Nacional José Julían Martí y Pérez
Palabras del Presidente del Comité de Representantes Permanentes de la ALADI, Embajador Héctor Casanueva Ojeda
05/24/2004

Asistimos esta mañana a una sesión especial y solemne del Comité de Representantes Permanentes, para rendir un homenaje al prócer de la independencia de Cuba, José Martí.

Vamos a recibir, asimismo, la donación del Gobierno de la República de Cuba, de un busto de Martí, que será emplazado en el frontis de la Casa de la Integración junto a los de Bolívar, San Martín, Tiradentes, OHiggins, Hidalgo y Artigas.

Quiero en primer lugar dejar constancia de la complacencia de este Comité Permanente por la realización de este merecido homenaje, y en el nombre de los señores embajadores y el mío propio, agradecer al pueblo cubano, en la persona del Sr. Encargado de Negocios de Cuba, Don José Chaple, la donación de esta obra.

Señoras y señores:

Vamos a disfrutar esta mañana de una ilustrada presentación del destacado historiador cubano, el Doctor Don Eusebio Leal Spengler, sobre la figura del prócer.

El Doctor Leal es un académico reconocido en el ámbito latinoamericano y europeo, titular y profesor invitado de diversas universidades de la región, miembro correspondiente, entre otras, de la Real Academia Española de la historia y miembro de número de la Academia Cubana y correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua. Sus méritos y aportes a la cultura han sido además reconocidos por diferentes gobiernos tanto de América Latina como de Europa y Asia, los que le han otorgado las más altas condecoraciones.

Podremos a través de sus palabras rememorar la vida y obra de Martí y obtener una notable información acerca de su extraordinario liderazgo y promoción de la causa de la independencia de su patria, y también de su aporte a las letras americanas y a la creación intelectual en los más variados campos del saber.

Por eso, permítanme que sólo me limite a destacar aquello que a mi modesto entender resulta más asombroso de la personalidad de José Martí.

No es frecuente encontrar en la historia de la humanidad personajes como Martí, que hayan combinado con igual ahínco y certeza el fervor revolucionario, el liderazgo político y la capacidad logística, con la vocación académica y una exitosa creación literaria.

Esta última con tal grado de originalidad y belleza que hasta nuestros días resuenan sus versos y se estudian sus obras dramáticas como precursoras de un acervo intelectual latinoamericano que trasciende largamente nuestro continente.

Por otra parte, es notable el hecho de que, en pocos años, el héroe fuera capaz –pese incluso a sus constantes problemas de salud- de desplegar una actividad incesante y simultánea en todos estos campos, mientras se desplazaba por distintos países de América y Europa, ya fuera por la persecución de que era objeto, ya fuera por la necesidad de ir aglutinando y organizando a sus compatriotas repartidos por Centroamérica, el Caribe o los Estados Unidos para la acción política que liberara a su patria.

Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Costa Rica, Venezuela, México, España, Inglaterra, Francia, República Dominicana, Nueva York, Florida, son algunos de los lugares en los que desplegó su acción.

En cada lugar donde estuvo, aunque fuera por corto tiempo, además de su trabajo militante, se daba espacio para opinar en la prensa local, dictar clases, pronunciar discursos, participar en veladas literarias, polemizar con los actores políticos o para escribir versos, obras de teatro, e incluso realizar traducciones por encargo.

También asombra gratamente constatar su cualidad de persona confiable para propios y extraños, manifestada en hechos tan relevantes como que durante su estadía en los Estados Unidos ejerciera en distintos momentos los cargos de Cónsul General interino de Uruguay, Delegado de Uruguay ante la Conferencia Monetaria Internacional Americana, Cónsul General de Argentina y de Paraguay, y miembro junto a delegados de Chile, Colombia y Brasil de una Comisión especial de estudio de los temas monetarios que se planteaban.

Sin dudas, una forma muy concreta de latinoamericanismo y vivencia personal de la integración.

Un examen somero -ya que hacerlo de manera exhaustiva sería tarea larga y prolija, propia de historiadores y académicos, condición en la que lamentablemente no me cuento- de su extenso y variado testimonio escrito, de sus pensamientos plasmados en poemas, dramas, discursos o correspondencia, permite descubrir con facilidad el espíritu humanista y de profundo amor al prójimo de José Martí.

Quisiera mencionar como un ejemplo de ello aquellos versos maravillosos, escritos por alguien que ya a los 17 años sufrió por primera vez la cárcel y conociera los grilletes y el maltrato, que dicen:

“Cultivo una rosa blanca
en julio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni ortiga cultivo;
Cultivo una rosa blanca.”


Señoras y señores:

Sin lugar a dudas José Martí forma parte de nuestro acervo cultural y político latinoamericano. Un cubano del que nos hemos apropiado progresivamente a medida que vamos leyendo sus versos y descubriendo su trayectoria, para contarlo como uno de los nuestros junto a los libertadores americanos que forjaron nuestra independencia.


Y como tributo de un poeta comprometido políticamente con la libertad y los humildes -Pablo Neruda- a otro igualmente comprometido como José Martí, quisiera terminar estas palabras citando algunos de los versos que el premio Nóbel dedica a Cuba y su prócer en su obra “Canto General” :

“Cuba, flor espumosa, efervescente
azucena escarlata, jazminero,
cuesta encontrar bajo la red florida
tu sombrío carbón martirizado,
la antigua arruga que dejó la muerte,
la cicatriz cubierta por la espuma.

Pero dentro de ti
como una clara geometría de nieve germinada,
donde se abren tus últimas cortezas,
yace Martí como una almendra pura

Está en el fondo circular del aire,
está en el centro azul del territorio,
y reluce como una gota de agua
su dormida pureza de semilla.
Es de cristal la noche que lo cubre”