En la reunión del Consejo de Ministros, que acaba de concluir tuve la oportunidad de trasmitir mi profundo agradecimiento a los Gobiernos de los países miembros por haberme brindado su voto unánime para desempeñarme, a partir de hoy, como Secretario General de la ALADI.

Ahora, al incorporarme a esta mesa de trabajo del Comité de Representantes, deseo expresar también mi especial reconocimiento a los señores Jefes de Misión por haber facilitado esta decisión del Consejo.

En este sentido, como un latinoamericano que ama y quiere a la región y a sus ciudadanos, quiero reafirmar mi compromiso pleno y decidido para velar por el cumplimiento de los objetivos de nuestra Carta Magna y los mandatos de los órganos políticos. Pondré mis mayores esfuerzos, empeño y dedicación para que desde nuestra Asociación coadyuvemos a la construcción de una región más unida, más desarrollada, más solidaria y que los beneficios del proceso de integración económica y social lleguen a todos sus habitantes, de manera que estos sientan que la integración es parte de sus vidas.

Señoras y Señores,

La reciente crisis económica y financiera mundial ha impactado negativamente en el comercio, el empleo, el financiamiento y el bienestar de nuestros pueblos y, por su lado, la globalización nos sigue planteado desafíos, lo que nos demanda un enorme esfuerzo para superarlos.

Nuestra Asociación no ha estado ajena a estos escenarios y su respuesta, a través de sus órganos políticos y técnico, ha sido enfrentar la crisis con más integración, más cooperación y más acciones concretas tanto en lo económico como en lo social.

Ello se refleja, principalmente, en la Declaración y mandatos de la XV Reunión del Consejo de Ministros donde se destaca la urgencia de desarrollar acciones en el marco de la Asociación orientadas a la profundización de la integración regional en los ámbitos comercial, financiero y de cooperación; adoptando, entre otras medidas, lineamientos para el desarrollo de la dimensión social, las directrices para el fortalecimiento de la integración productiva y el Plan de acción a favor de los PMDER.

Esta renovada visión de la ALADI está demostrando que la Asociación, además de constituir un valioso paraguas jurídico para la concertación de acuerdos comerciales, también ofrece un escenario amplio y flexible para desarrollar mecanismos y actividades en temas también de especial interés de nuestras naciones como son lo social, lo productivo y lo cultural. El tratamiento equilibrado de todos los temas de interés de nuestros países, seguramente fortalecerá nuestro trabajo y resultados.

También deseo destacar la importancia de la realización de la próxima Reunión de la Conferencia de Evaluación y Convergencia, en cuyo marco habrá un espacio de reflexión donde los países miembros expondrán sus enfoques para continuar avanzando y profundizando el proceso de integración regional. La Conferencia deberá presentar propuestas para la adopción, por parte del Comité de Representantes, de un Programa para la conformación progresiva de un Espacio de Libre Comercio en la ALADI. También se encomendó a dicha Conferencia presente a consideración del Consejo de Ministros una propuesta de programa con vistas a avanzar en una integración para el desarrollo que trascienda lo comercial.

En suma, contamos con una agenda renovada que surge de los mandatos de la XV Reunión del Consejo; está convocada la Conferencia de Evaluación y Convergencia que nos dará nuevos insumos y propuestas para fortalecer el proceso de integración en lo comercial y otras áreas complementarias; se amplía la institucionalidad y el espacio geográfico de nuestra Asociación con la incorporación de la República de Panamá y otras naciones centroamericanas han mostrado un interés similar; en poco tiempo más contaremos con una nueva estructura orgánica de la Secretaría; procuraremos mejorar las condiciones de trabajo de los funcionarios. En este ambiente de retos, sería conveniente fortalecer la institucionalidad de la ALADI en su relacionamiento con otros procesos de integración, organismos internacionales y países observadores.

Estos logros son muy apreciables y es justo destacar que surge de un denodado e importante trabajo de preparación que ustedes, distinguidos señores Representantes, han realizado y que hoy nos permite contar con valiosos mandatos que orientarán nuestras acciones futuras.

Señoras y Señores,

Estos nuevos lineamientos y mandatos del Consejo conforman un escenario esperanzador y muy positivo para el desarrollo del proceso de integración regional. Tengo fé, pero también soy conciente de que toda empresa de esta magnitud no está ajena de obstáculos, lo que demandará mucha imaginación al momento de programar lo operativo. Por ello, es necesario que al considerar los contenidos, las prioridades y procesos para implementar dichos mandatos, debamos trabajar de manera mancomunada el Comité y la Secretaría General, en el marco de sus respectivas competencias establecidas en el Tratado de Montevideo 1980.

Al concluir, reitero al señor Presidente y a los señores Representantes la mas amplia disposición de colaboración y apoyo de esta Secretaría General, donde contaré con el especial apoyo de los señores Subsecretarios, cuya valiosa trayectoria profesional y experiencia son reconocidos y un personal técnico y administrativo muy bien calificados que, estoy seguro, sabrá responder con todo su talento para que la ALADI tenga más visibilidad en la región y el mundo y se constituya en un referente de la integración latinoamericana.

Estando en las vísperas de los 30 años de vida de la ALADI y medio siglo de continuos esfuerzos de nuestros países para avanzar en el proceso de integración latinoamericana, el mejor homenaje que podemos realizar es reforzar nuestras capacidades técnicas y políticas para posibilitar, tal como se establece en el Preámbulo del Tratado de Montevideo 1980, “ … que la integración económica regional constituya uno de los principales medios para que los países de America latina puedan acelerar su proceso de desarrollo económico y social a fin de asegurar un mejor nivel de vida para sus pueblos”.

Cuando finalizaba nuestro proceso de independencia, en la primera parte del siglo XIX, el Primer Ministro Canning escribía a unos de sus diplomáticos: “América ha dejado de ser española, si permanece desunida será nuestra”.

No somos parte de ningún imperio, hemos afirmado nuestra personalidad mas continuamos sin concluir la unión.

Gabriel García Márquez describe con la agudeza del genial escritor a Bolívar en su laberinto, mientras su barco navega por las aguas del Magdalena. Dicen que el río Magdalena es hermoso. Seguramente igual a la belleza del Paraguay, del Paraná, del Uruguay, del Amazonas y del Plata. Ríos que unen países, ayer provocaron conflictos, hoy sus aguas nos llevan al mar, mas aun no hemos finiquitado la labor que nos encomendara el Libertador. Hasta tanto, su espíritu tendrá que seguir velando por nosotros y es la hora que por fin descanse en paz. Ese es nuestro deber.
Muchas gracias