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Despedida del Comité de Representantes del Excelentísimo señor Embajador Marcelo Janko Álvarez, Representante Permanente de Bolivia
Discurso del Representante de Bolivia, Emb. Marcelo Janko
12/03/2008

Señor Presidente del Comité, Embajador Juan Carlos Olima; señores Representantes Permanentes; señor Secretario General Embajador Hugo Saguier; señores Representantes Alternos, Subsecretarios Ministros Ricardo Hartstein y Oscar Quina; señores Representantes de Gobiernos Observadores, y amigos funcionarios de la Secretaría General.

Al inicio de esta breve alocución, deseo destacar que mi paso por este Foro de la integración latinoamericana ha estado signado por hechos por demás gratificantes en lo personal y profesional por diferentes circunstancias. Baste citar entre ellas que, estando en ejercicio de funciones como Representante Alterno, en mayo de 2006, he sido promovido a Representante Titular por decisión del Excelentísimo señor Presidente Don Evo Morales Ayma, función que desarrollé hasta agosto pasado. Digo gratificante también, por el hecho que el señor Canciller de la República Don David Choquehuanca Céspedes ha efectuado una valoración positiva de mi labor en la Representación Permanente, que la considero como un reconocimiento al esfuerzo realizado para el cumplimiento adecuado de la misión que me fue encomendada.

Como una satisfacción mayor, puedo mencionar el hecho que el primer Presidente Indígena de Bolivia Don Evo Morales, al designarme para este cargo, ha hecho de mí el primer funcionario de extracción también indígena en ostentar el rango de Embajador de Carrera del Servicio Exterior de mi país, para asumir las importantes funciones como Representante Permanente ante la ALADI. En consecuencia, me enorgullece el haber sido tomado en cuenta para ser parte del proceso de cambio profundo que se produce en mi país, con el cual me siento plenamente identificado, por cuanto se lucha por lograr una Bolivia incluyente, digna, justa y soberana, valores que se hallan inscritos en la nueva Constitución Política del Estado que será sometida al referéndum nacional en fecha 25 de enero de 2009. No puedo dejar de mencionar que el proceso constituyente, ha sido promovido especialmente por los movimientos sociales en Bolivia y entre ellas, como el principal motor de ese proceso, el movimiento indígena originario.

El proceso de cambio profundo en Bolivia, abarca diferentes sectores de la actividad nacional, y tiene entre sus componentes la integración latinoamericana, por cuanto por primera vez se incluye en un texto constitucional de Bolivia, el mandato de promover la integración latinoamericana con reconocimiento de las asimetrías. En ello, el Gobierno de mi país, ha dado muestras de propender por la renovación, consolidación y profundización de los procesos de integración, especialmente tratando de fortalecer la acción de bloque frente a otros países o bloques extrarregionales de integración y una visión incluyente de la sociedad como actores de los procesos de integración.

Una visión global del desempeño de la Asociación Latinoamericana de Integración, no puede sustraerse del entorno regional complejo que coincide con un debilitamiento de los mayores procesos de integración regional, sin desconocer el estancamiento de la negociación comercial multilateral y menos aún los efectos de la crisis financiera mundial. En este contexto, a pesar de las diferentes visiones que podamos tener sobre el camino a seguir, puedo ratificar la importancia del rol de la ALADI en la profundización de la convergencia en la región y su evolución a fases superiores de integración económica y social, rescatando el proyecto multilateral de la ALADI.

Si se habla de una integración de contenido económico comercial, puedo decir que sigue siendo un gran desafío para Bolivia dado su menor desarrollo, lo que hace ineludible preservar el tratamiento diferenciado en el proceso de convergencia, por lo que respaldo plenamente criterios que ya forman parte del acerbo de la ALADI, en relación al fortalecimiento del Sistema de Apoyo a los Países de Menor Desarrollo Económico Relativo, enfatizando su carácter sistémico de manera que el tratamiento diferenciado tenga carácter transversal a todas las materias, evitando que se produzca un menoscabo de dicho sistema preferencial a favor de los PMDER.

Consecuente con el compromiso de Bolivia hacia el proceso de renovación y profundización de la integración latinoamericana, aspiro a un relanzamiento de la ALADI, y considero que existen condiciones para consolidar a este organismo como un foro de negociación y de impulsor del proceso de integración en América Latina, por cuanto su instrumento constitutivo, el Tratado de Montevideo 1980, brinda el marco necesario para tal objetivo.

En relación a su vinculación comercial, Bolivia históricamente ha tenido en la región latinoamericana la principal perspectiva de mercado para sus productos. En este ámbito, Bolivia no ha logrado los objetivos esperados, por ello busca también otras opciones en su relacionamiento económico internacional, un ejemplo es la iniciativa del Tratado de Comercio de los Pueblos, como una opción que busca el comercio justo y la integración solidaria entre los pueblos latinoamericanos, pero que vaya más allá especialmente para incluir la dimensión social de la integración, que es un ámbito ya abordado también en las instancias de la ALADI, y creo brindará nuevos derroteros a la integración latinoamericana. En este contexto deseo mencionar que me cupo estar presente en la suscripción del primer Protocolo al Acuerdo de Complementación Económica N° 47 de la ALADI entre Bolivia y Cuba, en virtud del cual se profundiza la relación comercial y consolida una apertura mutua total de los respectivos mercados y que también la considero como un avance en el marco de los postulados de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América y el Tratado de Comercio de los Pueblos, suscrito entre los Gobiernos de Bolivia, Cuba y Venezuela en fecha 29 de abril de 2006.

Por lo anteriormente señalado, soy un convencido de que la integración latinoamericana es un desafío que se debe asumir, y considero que durante mi labor como Representante Permanente de Bolivia pude modestamente contribuir con ese propósito. No creo necesario formular mayores consideraciones, por cuanto los otros aspectos referidos a los nuevos enfoques, prioridades y sensibilidades de Bolivia en este foro de integración ya están siendo planteadas en las sesiones de este Comité por las nuevas autoridades de la Representación Permanente de Bolivia ante la ALADI.

En lo que concierne al aspecto humano, esta sesión extraordinaria del Comité, es muy significativa para mí en lo personal y profesional, puesto que se dan muchas circunstancias realmente positivas, solo para mencionar algunas quiero anotar que desde mi incorporación como Representante Alterno de Bolivia ante la ALADI, en febrero de 2003, ha sido para mí un permanente compartir experiencias humanamente enriquecedores tanto con los colegas Representantes, cuanto con los funcionarios internacionales y locales, con los cuales mantuve una entrañable amistad.

En razón de lo que acabo de señalar, deseo agradecer a todos los miembros del Comité y a los Representantes Alternos, tanto a los que retornaron a sus países como los que permanecen en funciones, con quienes pude compartir jornadas de trabajo, por haberme brindado su amistad y su permanente disposición de cooperación. También un especial agradecimiento a los funcionarios de la Secretaría General, de quienes he recibido su apoyo y cooperación para con mi Representación y que su profesionalismo facilitó sustantivamente la atención de los requerimientos de mi Gobierno. Asimismo deseo expresar mi complacencia porque los ex colegas en el Comité Embajador Hugo Saguier, Ministro Ricardo Hartstein y Ministro Oscar Quina, estén a cargo de la conducción de la Secretaría General.

Una mención especial debo hacer a mi esposa Adelaida Martínez -acá presente- y a mis hijos sin cuyo apoyo moral hubiera sido difícil asumir los retos inherentes a mi labor. Asimismo, deseo expresar mi reconocimiento al Ministro Consejero Javier Jiménez, quién como Representante Alterno me ha brindado su invaluable cooperación en las tareas de la Representación, por lo que le agradezco profundamente.

A usted señor Presidente, y por su intermedio a los señores Representantes, agradezco los generosos conceptos vertidos hacia mi persona, que los recibo también a nombre de mi Gobierno y por supuesto, quedo complacido con las expresiones del señor Secretario General.

Asimismo, creo propicia la oportunidad para dirigir unas breves palabras al Embajador Gonzalo Rodríguez Gigena, como Representante del país sede, y a los miembros de su distinguida Delegación, por la hospitalidad del noble y digno pueblo uruguayo, y que afortunadamente podré seguir disfrutándola en tanto siga en funciones como Embajador ante el Gobierno de la Republica Oriental del Uruguay.

También deseo expresarle que me considero afortunado por que el Gobierno de mi país me hubiera destinado para cumplir funciones en este bello país al cual llegué por primera vez en 1975, intentando estudiar la carrera de doctorado en Diplomacia en la Universidad de la República, pero que por diferentes circunstancias no pude continuar. Pero es grato constatar que el destino me tenía reservado volver para cumplir funciones como Embajador Representante Permanente ante la ALADI, por lo cual me siento realizado profesionalmente y agradezco que haya sido precisamente en Uruguay, país donde pensé iniciar la carrera como estudiante.

Finalmente, y por fortuna para mí aún no me despido, será solo un hasta luego, por cuanto permanezco en mis funciones como Embajador en la República Oriental del Uruguay, por lo que puedo decir a cada uno de colegas y amigos de esta Casa de la Integración, que me tendrán a su disposición para lo que se les ofrezca y aprovecho para expresarles que cuentan con mi permanente amistad. Muchas gracias.