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Despedida del Comité de Representantes al Emb. Juan F. Rojas Penso
Discurso de despedida de la Secretaria General Adjunta, María Teresa Freddolino
03/17/2005

Muchas gracias, señora Presidenta.

Hace tres años me presentaba como Secretaria General Adjunta en esta misma sala. Parece que fue hace poco y también lo recuerdo como un día lejano porque lo que nos marca un espacio no son las fechas sino los afectos, las experiencias y los conocimientos aprehendidos, que llevaré como parte de mi equipaje a cualquier lugar del mundo.

De lo que no hay dudas es del “hoy”, y hoy vengo a despedirme de Uds. Trataré de ser breve porque nuestra etapa terminó. Mañana empieza un nuevo ciclo con desafíos para responder y con el inicio del Embajador Opertti en la Secretaría.

Mientras preparaba estas líneas recordé que es mucho más fácil hablar cuando uno llega que cuando se va. Al inicio, cualquier iniciativa, o percepción planteada podrá ser válida ya que responde a una aspiración y esa es su única realidad. Cuando nos retiramos, todo está hecho y dicho. Nada se puede agregar. Sólo nos quedará explicar, justificar o ensayar una evaluación. Por eso una despedida es difícil y más comprometida que una presentación.

Cuando asumí me sentí honrada por formar parte de la Secretaría General. Hoy puedo decir que el balance, en lo personal y profesional, es positivo y que me siento no sólo honrada sino también feliz de haber co - representado esta Casa. Y en este sentimiento de gratitud quiero incluir a la recepción que he tenido, como siempre, en Uruguay, este país hermano, que ya es parte de mi vida.

Son muchos los años que llevo en este quehacer diario de la integración y que acompaño a la ALADI desde su antecesora ALALC en la Cancillería y en la década del 90, en la Representación Argentina en Montevideo.

Es un camino en el que me han acompañado muchos de Uds. y que otros más jóvenes seguirán recorriendo. Y si continuamos con entusiasmo pese a las dificultades y lentitud con que se da cada paso y a las frustraciones cada vez que nuestra urgencia se encuentra con dilaciones, es porque estamos convencidos de que la integración es una herramienta válida e insustituible para fortalecernos en la lucha contra algunos de los males que nos acosan como el individualismo, la indiferencia o la desorganización frente a la inequidad social que permite una creciente desigualdad que acarrea pobreza y marginación en nuestros pueblos de América.

Como les decía, al final de una etapa no podemos agregar ni una letra solo puedo tentar una evaluación.

Lo primero que podría recordar es que este ciclo no fue de años pacíficos.

Sufrimos la grave crisis económica de algunos de nuestros países que repercutió de una manera dramática en la Secretaría Varias veces vimos muy cerca el fantasma del cierre de sus puertas. Ahora el panorama se ha despejado como buen augurio para las nuevas autoridades.

En los aspectos funcionales puedo manifestar con agrado que el plantel técnico y administrativo con el que hemos contado estos tres años es del mejor nivel y que gozan de una profunda conciencia de la responsabilidad que asumieron frente a los países miembros y a los particulares que se acercan día a día a la Asociación.

En cuanto a la temática desarrollada, quisiera señalar que al área de Negociaciones que es sin duda la estructura medular de la institución, se han incorporado y, en algunos casos se afianzaron, sectores relacionados con la integración física, con la movilización física de la producción regional, la logística y las nuevas tecnologías aplicadas al comercio. Estamos satisfechos de haber insistido en esas disciplinas que creemos son clave para el despegue económico- comercial de Latinoamérica.

La posibilidad de contar con un foro donde están representados diez países de América del Sur, más México y Cuba, nos obliga a poner el máximo empeño en concientizar a los Gobiernos, productores, agentes de comercio exterior, industriales, responsables del transporte y empresarios logísticos, de que la coordinación legal y reglamentaria de los países miembros, promoverá de manera concluyente el incremento de los flujos de comercio intrarregionales y hacia terceros países.

Ello significará menores costos en la movilidad de la producción regional y mayor facilidad, seguridad y exactitud en las transacciones y será la manera más eficiente de fortalecer los Acuerdos de Complementación Económica que han establecido zonas de libre comercio, donde en pocos años la mayor parte de los bienes circularán libremente.

Una integración económica real, física, comercial y social, ha de ser la base para una América con vistas a una futura unidad política. No podemos saber si faltan décadas o si será muy pronto, pero tenemos que estar preparados para encarar cambios auspiciosos y trabajar duro para que se produzcan esos cambios, que posiblemente no se den con medidas drásticas sino con el cumplimiento regular de los mandatos de los Gobiernos, y con iniciativas genuinas y honestas. Uds. y quizás yo desde otra trinchera, podemos y debemos contribuir a construir un Espacio Común Latinoamericano.

Para terminar, un especial reconocimiento a todos los que me han acompañado estos años, de los que en todo momento he recibido muestras de afecto y una leal colaboración.

Más allá de la relación personal, es imprescindible hacer una mención a la calidad humana y profesional del actual plantel de la Secretaría, que se ha constituido por sus méritos en la “Secretaría Regional de la Integración”. Por eso quiero dejarles un mensaje de despedida “Cuidemos a nuestra Secretaría General”, afirmemos sus conocimientos y su respetable madurez.

Señoras, Señores me siento muy orgullosa de haber sido Secretaria General Adjunta, de haber trabajado con los excelentes funcionarios que hoy nos acompañan y de haber compartido tantas horas con el Comité de Representantes al que hoy, junto con el respeto, me une un entrañable afecto.

Les deseo a todos lo mejor en su vida, y les dejo mi enorme cariño que en este momento está cubierto por la tristeza de la despedida.

Muchas gracias