...PRENSA


El Comité de Representantes despide al Embajador Agustín Espinosa
Palabras de despedida del Emb.Agustín Espinosa
03/09/2005

Secretario General. Gracias, Embajador Olima y gracias a todos los colegas que, de alguna manera, imagino tienen sus sentimientos representados en las palabras de ustedes.

Yo creo que este mes estoy cumpliendo 35 años en el servicio diplomático y la verdad que nunca me acostumbro al cambio de las rotaciones. Es como si uno está comiendo una comida rica con amigos muy queridos y tiene que levantarse antes del postre y antes de los licores, para hacer otra cosa. Es bastante inconfortable, la verdad es que esta partida mía no me deja contento, siento que me voy antes de tiempo, que me voy antes de los postres. Y creo que lo postres que se vienen en la ALADI son épocas ricas, importantes, fértiles como lo señalaba Juan Carlos.

Yo, como siempre frente a palabras tan lindas no me queda sino agradecer lo que me han dicho. Es verdad lo de los desafíos, que creo son compartidos, todos de alguna manera hemos luchado para pagar y ponernos al día. No ha sido tarea fácil sacarle plata a nuestros tesoros nacionales, yo le saqué casi un millón de dólares en un mes. Novecientos treinta mil dólares al Ministro Alfil no fue tarea fácil.

El otro desafío fue haber trabajado junto a ustedes en el producto de este Décimo Tercer Consejo de Ministros de la ALADI y que están sus frutos ahí esperando ser procesados e implementados y por cierto estoy orgulloso de haber trabajado junto con ustedes y de haber recibido de ustedes tantas enseñanzas que ayudaron a que el producto fuera lo que es.

Hubo un tercer desafío que tuve yo sólo y que creo fue el más difícil de todos, promover la candidatura de un Secretario General del país que uno representa. No es tarea fácil, porque cuando uno, más allá de ser el Representante de su país, tiene que promover la candidatura de un Secretario General, acumula otro tipo de responsabilidades, en las cuales muchas veces puede perder objetividad. Si en algunos momentos perdí esa objetividad en el manejo de ello les pido excusas, puede haber ocurrido, de lo contrario creo que hice lo que debía hacer.

La partida mía es una partida muy singular, cuando uno termina una misión diplomática se va del país en el cual ha servido. Para desgracia de ustedes, yo me quedó acá, entonces, sigo estando junto a ustedes y medio en serio, medio en broma, les pedía que no me borraran de la lista de invitados de sus respectivas Embajadas, para no sentirme tan ausente de este grupo humano tan extraordinario y que más allá de los afectos, vuelvo a repetir se caracteriza por una idoneidad técnica y profesional excepcional. Es un orgullo para esta Asociación tener un Comité de Representantes de éste nivel como también es un orgullo tener una Secretaría General del nivel que tiene.

Entonces, a ustedes, a los del Comité, gracias por el apoyo, por el afecto, por la confianza. A la Secretaría, gracias también en la persona del Secretario General por su respeto, por su enorme respaldo a nuestra función, que hago extensivo a todos aquellos funcionarios que me acompañaron tan eficientemente en la Comisiones donde me tocó intervenir y que nunca menguaron su buena disposición, su buen ánimo, y un espíritu de cooperación extraordinario que espero pueda mantenerse.

Todos más o menos saben que andaré por la vuelta, como decimos por el Uruguay, no sabemos bien todavía haciendo qué, ni en qué condición, pero por la vuelta y en Montevideo. Entonces, las posibilidades de encontrarnos en esta ocasión en la rotación de la carrera van a ser más comunes que en otros casos.

Gracias a todos. Gracias al Gobierno que me distinguió designándome Embajador ante esta Asociación, que me abrió una visión diferente de la integración latinoamericana a la que yo traía desde una perspectiva mercosureña, tal vez más limitada. Gracias una vez más a mi gran maestro Embajador Gustavo Magariños, que estuvo en mi asunción y hoy está en mi despedida, como no podía ser de otra manera. Gracias a todos ustedes y hasta pronto!