La Secretaría se siente honrada y satisfecha por la presencia de ustedes esta mañana, me asocio en lo personal y en lo orgánico a las palabras de bienvenida pronunciadas por la señora Presidenta y me permito sólo hacer algunos subrayados que dicen relación, en primer lugar con el aporte específico que Italia y España, España e Italia han hecho y seguramente seguirán haciendo a la composición del tejido social de nuestra región.

Es notorio que raíces originales de este hemisferio y de esta región, en particular, se han unido con otras raíces y dan cuenta, hoy día, de una América Latina con sus propios rasgos, rasgos que no significan una ruptura con ninguno de sus pasados, quizás porque la diversidad y riqueza de esa composición es la que nutre este espíritu y este aliento humanista que de alguna manera califica a nuestra región.

En lo operativo, en lo específico, en lo concreto, es notorio que mirar modelos exitosos, tomarlos en cuenta, estudiarlos, entenderlos y aproximarse a ellos es siempre un buen ejercicio y en el caso de la Unión Europea, de la cual Italia y España son prominentes miembros es, sin duda, el caso al cual hago referencia. No es, a nuestro juicio, imaginable que mecanismos de integración que aspiran a reforzar el animus societatis de sus miembros y la eficacia de sus acciones, pudiere desatender o no tomar en cuenta experiencias no para calcarlas, no para reproducirlas, sino para considerarlas en su extensión y alcance, y ese es el caso precisamente de la Unión Europea, de su estructura orgánica, de su funcionamiento en ese proceso inacabado de ampliación y en ese proceso de regulación jurídica progresiva en la que hoy se encuentra embarcado.

Sin duda, la presencia de estos dos Observadores calificados en nuestra Organización nos hará bien a la región en su conjunto, a la Organización en particular y creemos, además, me animaría a decirlo, que también será una contribución efectiva y cierta al mejoramiento y a la profundización de las respectivas relaciones bilaterales que cada uno de nuestros países establece con los demás.

Por último, señora Presidenta, señores Embajadores, a las justas y adecuadas palabras de bienvenida, me permito agregar sólo un elemento de tipo expedito, de tipo operativo, cual es, encontrar en el capítulo de la cooperación entre la ALADI y la Unión Europea y los países que la integran desde que la relación bilateral sobrevive y se mantiene con independencia y autonomía respecto de la primera, pueda también explorarse esta vía, que sin duda, nos hará bien, alimentará proyectos e ideas para una organización que habrá de cumplir, en su última etapa 25 años en agosto próximo y que probablemente esté ya requiriendo de ciertos puestas a punto, de ciertos “aggiornamentos” que parecería que serían, de algún modo, inaplazables.

Al saludar vuestra presencia, me congratulo por ello y les agradezco, ciertamente que hayamos podido, hoy día formalizar esta relación, que viene de siempre, pero que hoy adquiere el ritmo que todos deseamos imprimirle. Muchas gracias.