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XIII Reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la ALADI
Intervención del Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Sr. Ignacio Walker Prieto
10/18/2004

Con especial satisfacción me dirijo a los Srs. Ministros y representantes de los países miembros en nombre del Gobierno de Chile, para expresar nuestro beneplácito por la realización de este Consejo de Ministros.

Chile mantiene inalterable su vocación latinoamericana, integracionista y solidaria, que se expresa precisamente en la pertenencia activa a un organismo como la ALADI, llamada la Casa de la Integración.

Me complace constatar que desde el XI Consejo realizado en agosto del 2000, cuando celebramos los veinte años del Tratado de Montevideo, hemos avanzado significativamente. Lo anterior, pese a que en este período la región vivió momentos de crisis económico-financiera y política, que afortunadamente están siendo superados.

Por ello es muy significativo el hecho que a pesar de estas dificultades, estemos realizando este Consejo nada menos que para dar nuestra aprobación a la construcción de un Espacio de Libre Comercio, que será un salto cualitativo en nuestra integración, para pasar de un área de preferencias a una zona comercial que abarque todos los temas y las disciplinas.

Celebro que, al mismo tiempo, estemos aprobando un mandato para proceder a la adecuación de la estructura y las prioridades funcionales de nuestra Asociación a las nuevas exigencias de la integración acorde con el Siglo XXI.

El Consejo del año 2000 al que he aludido se produjo en un momento en que los Cancilleres estimaron necesario vigorizar la ALADI de acuerdo a las nuevas exigencias y complejidades del comercio internacional.

Posteriormente, en noviembre de ese mismo año, el Presidente Ricardo Lagos hizo una visita oficial a la ALADI. En su intervención ante el Comité de Representantes, el Presidente Lagos quiso hacer notar lo que llamó "un déficit de integración", agregando que "necesitamos una ALADI que aborde los nuevos temas de la agenda del comercio internacional, que aquí se discuta qué rol único vamos a tener cuando hablemos de compras de gobierno, cuando hablemos de servicios, de inversiones, de políticas de competencia y también tenemos que ser capaces de avanzar en el establecimiento de una institucionalidad para resolver nuestros conflictos".

Mucho nos complace haber coincidido con todos Uds. en este diagnóstico y en la voluntad política para buscar los caminos que profundicen el proceso, que ahora se ven materializados en sendas Resoluciones que servirán de base a esta nueva etapa, a las que desde luego damos nuestra aprobación.

Estamos abriendo una ventana de oportunidades. No nos cabe duda que la ampliación y profundización de nuestros acuerdos comerciales será la base que nos llevará más adelante a otras negociaciones, en sectores que en estos momentos consideramos sensibles pero cuya apertura será un gran impulso a nuestro crecimiento.

Por otra parte, la experiencia nos ha demostrado que en la medida que las relaciones comerciales se hacen más dinámicas y las operaciones se multiplican, también aumenta la ocurrencia de disputas.

En este sentido, proponemos evaluar la posibilidad de contar, con un sistema común de solución de controversias, que no sustituya los sistemas acordados bilateral o subregionalmente, sino que los complemente.

Este sería un paso fundamental para facilitar la administración de nuestros Acuerdos, con una nueva opción que puede ahorrarnos mucho tiempo y recursos. Nos parece que el Protocolo de Olivos y su Tribunal de Revisión puede ser un referente importante a estos efectos.

Señoras y señores Ministros:

Como lo ha definido el propio Consejo, la ALADI es el pilar institucional de la integración. El marco jurídico del Tratado de Montevideo nos ha permitido crear una arquitectura que se ajusta a las realidades particulares de los países miembros.

Para avanzar en el objetivo del Tratado de crear el Mercado Común –que nos fortalecerá también políticamente- es necesario promover la convergencia de los acuerdos. Por eso, saludamos entusiastamente el acuerdo alcanzado entre la Comunidad Andina y el MERCOSUR que, entre otros resultados, permitirá materializar un Mecanismo de Dialogo Político entre la CAN-MERCOSUR y Chile, conforme lo acordado por nuestros Presidentes en Puerto Iguazú, en julio pasado.

Las Resoluciones que aprobaremos en breve permitirán un decidido avance en tal sentido.

También se ha elevado a la consideración de este Consejo una Resolución a favor de los Países de Menor Desarrollo Económico Relativo, la que cuenta con nuestro total apoyo.

Al respecto, me gustaría recordar que el 14 de agosto del 2000 Chile suscribió un Acuerdo de Cooperación con la ALADI para ejecutar, de manera conjunta, proyectos de cooperación técnica en beneficio de los Países miembros de la ALADI de menor desarrollo económico relativo.

Sobre ello me permito comentar que, para el año en curso, mi país programó 4 actividades de cooperación con Ecuador; 7 con Paraguay y 12 con Bolivia. Como se puede apreciar, existen importantes espacios para este tipo de actividades en el marco de la ALADI y estamos seguros que se pueden incrementar aún más.

Asimismo, quisiera agradecer que nuestro país haya sido honrado por Uds. con la presidencia del Grupo de Trabajo de Tecnologías de la Información y la Comunicación y Comercio Electrónico, la que hemos ejercido desde la creación misma del Grupo.

Una de las tareas que hemos impulsado con fuerza en este ámbito, además de los estudios y la cooperación, es la introducción de las nuevas tecnologías en el sistema de certificación de origen de los productos que se transan entre nosotros.

Para ello, hemos propuesto la digitalización de todo el sistema, lo que nos hará ganar en trasparencia, certeza y rapidez, con enormes beneficios para los operadores económicos y ahorros para nuestras administraciones públicas. Será un avance cualitativo de gran envergadura para un volumen de intercambio que ya supera los 43.000 millones de dólares.

Quisiera hacer un llamado a mis colegas a apoyar la introducción del sistema, cuyos estudios preliminares de viabilidad técnica y jurídica ya fueron presentados por la Secretaría General.

Estimadas y estimados colegas:

El marco del Tratado de Montevideo ha sido y es para nosotros fundamental. Creemos que constituye un instrumento jurídico moderno, realista, flexible, que nos permite a todos generar múltiples relacionamientos recíprocos, respetando nuestras propias características, nuestra historia, nuestras limitaciones y potencialidades, nuestras proyecciones externas.

Chile reconoce en el dicho Tratado el instrumento que nos permitió iniciar un camino de apertura negociada.

El comercio de Chile con los países miembros es casi el 25% del total de la ALADI. En el 2003, este intercambio se aproximó a 11.000 millones de dólares y, de acuerdo con las últimas estadísticas disponibles, este año esa cifra será largamente superada, y se estima que superará los 13.000 millones de dólares.

El conjunto de los países de la ALADI es el primer proveedor mundial de Chile y el tercer cliente.

La ALADI es el punto de encuentro entre proyectos subregionales o bilaterales de distinto grado de profundidad y ritmo. El Tratado da cabida tanto al comercio como a la cooperación y por eso es posible ahora -próximos a completar la apertura comercial de bienes- incorporar otras materias, como la integración física con sus componentes de infraestructura, energía y telecomunicaciones, la integración digital, formas de financiamiento del comercio, el fomento productivo y un fuerte relacionamiento con los sectores empresarial, laboral y académico.

De los temas que hacen a nuestra competitividad externa como región, quisiera destacar el caso de la energía. Esta cumple un rol estratégico clave en el desarrollo económico y social de nuestros países y en la competitividad regional.

Para ello, se debe propiciar el desarrollo de un mercado energético más abierto, sin barreras que limiten su libre comercio, bajo los principios de libre acceso y no discriminación.

Este objetivo requiere de la presencia de marcos legales y técnicos adecuados que, junto con hacer posible el intercambio en el sector energético regional, permita generar condiciones para una necesaria seguridad, confiabilidad y estabilidad jurídica.

Señoras y señores Ministros:

Entendemos con toda claridad que en las relaciones internacionales una cosa es el comercio y otra distinta y superior es la integración. Esta última, ciertamente, sólo es posible entre quienes comparten historia, geografía, cultura, vivencias y un proyecto común. Y eso es América latina.

La región es para Chile no sólo su espacio natural de desarrollo, sino también el ámbito desde el que se puede proyectar al mundo, a partir de una integración que debe ir más allá de lo puramente arancelario, que debe abarcar todos los temas que nos permitan en conjunto ganar competitividad y tener una posición en el complejo mundo del Siglo XXI.

Nuestro país ha estado y estará disponible para trabajar por el fortalecimiento de la región.

Este es el camino. De los problemas regionales se sale con más y no con menos integración. Es la única forma que tenemos de combatir con éxito la pobreza y dar una respuesta solidaria y de conjunto a los sectores sociales que esperan de la política y de las estructuras económicas una solución a sus aspiraciones de una vida digna y segura.

Estimadas y estimados colegas:

No quiero finalizar mis palabras sin hacer un reconocimiento especial al Embajador Juan Francisco Rojas Penso, por su gestión durante estos dos períodos como Secretario General de la ALADI, en los que siempre contó con el apoyo de Chile. Hemos escuchado y valoramos su detallada cuenta de lo realizado.

Finalmente, como es de conocimiento de todos ustedes, Chile públicamente ha manifestado su apoyo al Canciller de Uruguay, Dr. Didier Opertti, para asumir como el próximo Secretario General de la ALADI.

Quiero expresarle al Canciller Opertti que tenemos cifradas grandes y fundadas esperanzas en su gestión.

Creemos que Ud., señor Canciller, por su trayectoria y por sus ideas integracionistas, nos garantiza una conducción que conecta con el momento que estamos viviendo y será el motor que impulse, junto al Comité de Representantes, la construcción del Espacio de Libre Comercio y la necesaria adecuación de la ALADI a los nuevos tiempos de la integración.

Muchas gracias