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El Comité de Representantes recibe la visita del Excelentísimo señor David Choquehuanca Céspedes, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Bolivia.
Palabras de bienvenida de la Presidenta del Comité, Perla Carvalho
10/18/2006

      Muy buenas tardes, damos inicio a la Sesión Extraordinaria 945ª del Comité de Representantes, con motivo de la visita del Excelentísimo señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Bolivia, Don David Choquehuanca Céspedes.

      Señor Ministro, señores Representantes Permanentes, señores Secretario General y Subsecretarios de la ALADI, señores Observadores, señoras y señores:

      En nombre del Comité de Representantes de la Asociación y en el mío propio, me corresponde el alto honor y la satisfacción de darle hoy la más cordial bienvenida a esta sede de la integración latinoamericana, al señor Canciller Choquehuanca.

      Señor Canciller: vemos en su país a un importante precursor y apoyo para avanzar en el camino de la integración latinoamericana, con su presencia nos confirma el interés que Bolivia confiere a las tareas que desarrolla la ALADI.

      Reconocemos que bajo la visión del señor Presidente Evo Morales y la de su Ministro de Relaciones Exteriores, Bolivia desarrolla una estrategia activa de inserción económica internacional, privilegiando fundamentalmente los vínculos históricos de unidad con América Latina.

      La formación y estudios de usted en humanidades y sus antecedentes laborales relacionados con el Movimiento de los Pueblos Indígenas le confieren una sólida base para conducir con acierto esta etapa de la política exterior boliviana que busca mantener la identidad, cultura y raíces nacionales en su articulación a nivel internacional.

      Apreciamos los esfuerzos de Bolivia por concertar relaciones y compromisos externos destacando con firmeza y orgullo los orígenes de su país. Nos hace recordar la frase acuñada por el ilustre filósofo mexicano José Vasconcelos como lema de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México: “Por mi raza hablará el espíritu”.

      Su visita es propicia para constatar que la Asociación se encuentra trabajando en la conformación de un amplio Espacio de Libre Comercio al interior de la ALADI, acordado por la Resolución 59 en la Décima Tercera Reunión del Consejo de Ministros, el que al instrumentarse propiciará el crecimiento de las corrientes de comercio y fomentará la productividad y competitividad, contribuyendo de esa forma a mejorar las condiciones de vida de la población en nuestros países.

      El Espacio de Libre Comercio constituye una etapa fundamental en el camino para la creación de un mercado común latinoamericano que constituye uno de los objetivos del Tratado de Montevideo de 1980 por el cual se crea a la ALADI.

      Procuramos con nuestras tareas lograr un acceso amplio y universal a los mercados, contar para ello con normas y disciplinas comerciales comunes, desarrollar la cooperación y coordinación en aquellas otras materias que complementan y potencian el Espacio de Libre Comercio, reconociendo dentro de este conjunto de actividades la necesidad de fortalecer el Sistema de Apoyo a los Países de Menor Desarrollo Económico Relativo dentro de la región.

      La Décima Tercera Reunión del Consejo de Ministros de la ALADI acordó igualmente la Resolución 61 relativa a la Participación de los Países de Menor Desarrollo Económico Relativo en el Proceso de Integración, dirigida a desplegar un mayor esfuerzo en áreas específicas para el tratamiento de las asimetrías, a cuya instrumentación la Asociación concede una especial atención.

      La existencia de asimetrías entre nuestras naciones, reconocidas de manera plena, no debe constituir un obstáculo para lograr una integración profunda y de alcance amplio. Por el contrario, han de convertirse en verdaderos retos a incluir en la agenda de la Asociación.

      A través de los esfuerzos que realiza la Asociación para fortalecer nuestras economías a nivel regional procuramos estar también en condiciones más propicias de crecer mejor hacia fuera. Estamos convencidos de que la participación de América Latina en la economía mundial tendrá perspectivas más favorables si contamos con los beneficios de la integración, la que redundará en una mayor fortaleza para enfrentar una cada vez más compleja competencia internacional.

      Hace medio siglo los países signatarios del Tratado de Roma, expresaron su determinación para establecer los fundamentos de una unión más estrecha entre los países europeos en lo que hoy constituye un modelo exitoso. Casi simultáneamente los países latinoamericanos suscribieron el Tratado de Montevideo constitutivo de la ALALC. Sin embargo, en nuestro caso no hemos avanzado hacia realidades acordes con nuestras aspiraciones. Acelerar el paso es, en el presente, el mayor desafío y responsabilidad de nuestros gobiernos.

      La Asociación reconoce que el multilateralismo es el eje para todas las acciones de la comunidad internacional, de ahí que parte de nuestros trabajos se dirijan hacia la convergencia regional de los esfuerzos existentes a nivel bilateral o plurilateral. A nivel internacional también compartimos junto con otras regiones del mundo en desarrollo el desaliento por la falta de logros en las negociaciones de la Ronda de Doha en el marco de la Organización Mundial de Comercio, la que restauraría la confianza en el contexto multilateral de comercio y del que derivarían relaciones económicas internacionales más justas y predecibles.

      Hay diversas realidades que llaman a redoblar los esfuerzos para avanzar en el camino de la integración económica regional y sólo recordaré algunos datos que las ilustran:

      - En los años 50 América Latina exportaba el 12 por ciento del total mundial. En la actualidad nuestras exportaciones representan sólo algo más del 5 por ciento.

      - La suma total de las exportaciones de servicios del conjunto de América Latina y el Caribe es equivalente a las exportaciones que por este mismo concepto realiza una sola parte de Italia.

      - Las exportaciones de América Latina hacia la propia región representan cerca del 18 por ciento del total que realiza con el resto del mundo. Las intra-asiáticas son del orden del 35 por ciento y las intra-europeas son cercanas al 65 por ciento.

      El reto de la integración debe avanzar más allá del ámbito puramente comercial para que nuestros países desarrollen políticas más activas desde el punto de vista de la oferta, siendo prioritario acercar a los sectores productivos así como a los de la educación, ciencia y tecnología para crear empresas y proyectos productivos conjuntos.

      En este sentido debemos reconocer el rezago existente en materia de desarrollo tecnológico y la necesidad de sumar capacidades entre nuestros países para revertirlo.

      La Asociación se encuentra comprometida en una suma de esfuerzos de los Estados miembros para dar significado al proceso actual de integración regional con el objetivo de lograr mayores avances que los obtenidos en el pasado.

      Serán los propios Cancilleres que acordaron en el 2004 conformar el Espacio de Libre Comercio, los que constatarán los avances hasta el presente, realizarán las adecuaciones necesarias para acelerar el proceso seguido, y consecuentemente dictarán las medidas para reforzar el papel de la Asociación como el principal marco institucional de la integración regional.

      Señor Ministro, al agradecer su visita a nuestra Asociación le reitero que apreciamos el apoyo y la contribución de usted a las mejores causas de la integración de América Latina.