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El Comité de Representantes recibe la visita del Embajador Rubens Ricúpero, Secretario General de la UNCTAD
Palabras del Embajador Juan Francisco Rojas Penso, Secretario General de de la ALADI
06/01/2004

Presidente del Consejo de Ministros, Presidente del Comité, estimado amigo don Rubens Ricúpero, señores Representantes, invitados especiales, amigos y compañeros de la Secretaría:

Con una profunda emoción lo recibimos hoy, don Rubens por segunda vez durante mi gestión como Secretario General en esta Casa, y por tercera vez, desde mi época de Secretario General Adjunto, que usted nos visita aquí en la Asociación.

Visitas que siempre se han traducido en conocer su preclara opinión sobre cómo ve el mundo y cómo ve la inserción de nuestra América Latina en ese mundo. Igualmente en el plano interinstitucional por la excelente cooperación y colaboración que existe entre nuestra Secretaría y que en cada visita suya esa cooperación se profundiza como lo haremos en la mañana de hoy.

Como señalaba el Presidente del Comité, esta visita suya se realiza en un momento de mucha trascendencia para la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo. 40 años de trayectoria, demarcando hitos en la historia de las relaciones y de participación de los países en desarrollo en la participación en el sistema económico internacional. Y cuando estamos a puertas ya de la Decimoprimera Conferencia de la UNCTAD que tendrá lugar ahora dentro de dos semanas en San Pablo, oportunidad en la cual esperamos poder concurrir y compartir con usted nuevamente algunas experiencias.

Leía unas declaraciones suyas dadas ayer en San Pablo, o antes de ayer, donde recogía usted una expresión del Presidente Lula sobre la nueva geografía del comercio, y justamente lo que ahora señalaba el Embajador Pericás sobre los avances que está haciendo la ALADI, justamente apuntan a cómo los países miembros de la Asociación pueden insertarse en esa nueva geografía del comercio.

tIndudablemente que esa participación en esa nueva inserción, encuentra viento favorable, vientos favorables en materia económica, el mundo pareciera apuntarse hacia una recuperación del proceso económico que evidentemente incide sobre la evolución de la economía regional, ya lo vimos el año pasado, y ayer unas cifras de CEPAL nos indicaba cómo varios de los países latinoamericanos y en particular, países miembros de la ALADI van a tener un crecimiento espectacular de su economía durante el presente año.

Esa mejora económica no tiene un reflejo, entonces, en materia de las negociaciones internacionales, vemos todavía como la Ronda de Doha tiene dificultades para arrancar, conocemos toda la problemática que están enfrentando muchos países latinoamericanos para acometer la negociación del ALCA. Los problemas que se enfrentan y la bilateralización, que lamentablemente está adquiriendo ese proceso.

tY por el otro lado, el relacionamiento con la Unión Europea, del cual Chile y México ya son asociados, y MERCOSUR pareciere en vías de asociarse también. No así los países de la Comunidad Andina, como tampoco los países centroamericanos, consiguen una respuesta favorable por parte de la Unión. Se les acusa de déficit de integración, esa pareciera ser la gran excusa para no negociar un Acuerdo de Libre Comercio con estos países, tanto o más que los otros, necesitaría un acceso a mercados mucho más oportuno y mucho más abierto y transparente en estos momentos al mercado europeo.

Sin embargo, este déficit de integración también es un reconocimiento que debemos hacer. Hemos avanzado muchísimo en nuestra integración de demanda y ahora hablo en particular sobre la ALADI.

Los esfuerzos han sido bastante grandes, la voluntad política se ha puesto a prueba y sobre todo alcanzó su punto máximo en diciembre pasado con la suscripción del Acuerdo de los tres países de la Comunidad Andina y los países del MERCOSUR, pero todavía tenemos déficit. Déficit muy grande.

Hemos atendido muy bien la integración de las demandas, pero hemos atendido muy mal la integración de las ofertas, abandonamos el aspecto productivo, abandonamos un aspecto que, en el entender nuestro, tiene una especial significación para América Latina, que es el de la gestión de la ciencia y la tecnología. No hemos sido capaces si quiera de avanzar en programas conjuntos para copiarnos conjuntamente tecnología de países desarrollados. Ahí tenemos un déficit muy grande, tal vez ello se demuestra cuando vemos como las cifras del comercio nuestro, independientemente de la coyuntura en la cual se viva, han conseguido como un techo, y nuestra complementariedad económica cada día es más baja, nuestro comercio intrasectorial dirían los expertos cada día es más limitado.

Pero este déficit no solamente se traduce en el aspecto puramente económico, éste déficit también lo tenemos en materia social. Hemos visto como la integración ha estado ajena de la problemática más grave que enfrentan los países latinoamericanos y en particular los países miembros, cual es el de la marginalidad y la exclusión social.

El desempleo, campea entre nuestros países. Todavía enfrentamos dificultades, como enfermedades endémicas, que creíamos superadas, los problemas educativos, subyacen permanentemente en nuestra realidad, y nuestra integración es poco lo que hace por intentar contribuir para superar este problema. Es verdad que mucho de ello responde a problemas de carácter nacional, a déficit de políticas nacionales, pero también en algunos casos, cuando ese déficit disminuye nunca la integración ha tendido una mano para intentar enfrentar estos problemas.

Tal vez, por ello, la integración nuestra no alcanza a la dimensión política que debería haber alcanzado, nos hemos centrado, les decía al comienzo en la integración de las demandas, hemos centrado nuestros esfuerzos en la integración con base en programas de liberación comercial, muchos de ellos lo que hacen es acompañar la apertura unilateral que debieron hacer los países latinoamericanos sin ningún tipo de compensación, y ese déficit que arrastramos cada día más hace más lejana la integración de nuestros pueblos y es ahí, precisamente el punto donde nosotros deberíamos de afianzar nuestra acción en el futuro.

Embajador Ricupero, hoy vamos a suscribir un nuevo Acuerdo de Cooperación, nuestra experiencia, como decía también al comienzo de mi intervención ha sido magnífica para trabajar en la UNCTAD, ya estuvimos incluso conversando sobre algunas otras actividades que superan el ámbito del memorandum que vamos a suscribir en la mañana de hoy, que está referido básicamente al de la integración comercial, a la creación del Centro Regional de Información Comercial, donde el aporte de su Organismo va a ser fundamental para completar las bases de datos que nosotros disponemos en esta Asociación.

Y estoy seguro que en el futuro entre la UNCTAD y la ALADI, esa cooperación se estrechará muchísimo más y seguiremos trabajando conjuntamente en la procura del bienestar de nuestros países, de los países en vías de desarrollo, de nuestra América y en particular de los países miembros de la ALADI y de su integración.

En nombre de la Secretaría General le doy la más cordial bienvenida, lo recibimos con los brazos abiertos y esperamos ansiosos el conocer su opinión sobre cómo nos ve usted desde ese lejano mundo, -que es el mundo ginebrino- para nosotros.

Bienvenido aquí, Embajador Ricupero. Muchas gracias.