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XIV Reunión del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la ALADI
Palabras pronunciados por el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina, Alfredo Chiaradia,
03/11/2008

Quisiera, Señor Presidente, que mis primeras palabras sean para felicitarlo a usted por su designación para presidir esta Decimocuarta Reunión del Consejo de Ministros, así como a los Señores Ministros de Paraguay y de Cuba para los cargos de Vice-Presidentes.

Usted mencionó, Señor Presidente, que éste era su debut multilateral.

Nosotros de todas maneras tenemos plena conciencia de sus capacidades, y de sus habilidades, y sabemos que particularmente en algunos puntos ulteriores de la agenda, donde tal vez se requiera de algún ejercicio de conciliación, esos antecedentes sirvan para que nuestros trabajos resulten exitosos.

Quisiera también, en esta oportunidad, expresar mi agradecimiento al Informe que nos fue presentado por el Señor Presidente del Comité de Representantes, así como el del Señor Secretario General.

Con respecto a este ultimo caso, y mas allá de agradecerle todos los elementos y las ideas que él ha dejado como testimonio, y como herencia tal vez, queremos rendir nuestro homenaje al Profesor Didier Opertti, y unirnos a todas las palabras de reconocimiento que ha recibido alrededor de esta mesa a lo largo de la mañana de hoy. Son todas muy merecidas, y todos estamos convencidos que, de alguna manera u otra, él continuará cooperando con la tarea de la integración regional, así que muchas gracias, Doctor Didier Opertti.

Señor Presidente, en el actual contexto global y regional, es indudable que la consolidación del crecimiento y del desarrollo de nuestra región dependerá de la manera en que nos organicemos y cooperemos para mejor insertarnos en la economía global. Esto es, una inserción que sirva para potenciar nuestras capacidades, al tiempo que, indudablemente, atienda nuestras necesidades individuales.

Al propio tiempo, deberíamos reflexionar acerca de cómo, en ese contexto global, y dadas esas circunstancias de la región, hacer que vuelvan a prevalecer los ideales que hicieron de América Latina un espacio privilegiado en materia de inicia-tivas de integración, cuya expresión vigente más antigua es, precisamente, la ALADI.

Por nuestra parte, consideramos que la integración regional fue, es y será, la herramienta central de nuestros países para promover el desarrollo institucional, económico y social, consolidar la democracia y la gobernabilidad, así como para sostener los intereses regionales en el escenario internacional.

Queremos, en consecuencia, reiterar nuestro compromiso con la ALADI, así como con el objetivo plasmado en el Tratado de Montevideo 1980 para establecer un Mercado Común Latinoamericano, en forma gradual y progresiva.

En ese sentido, Señor Presidente, nuestra última sesión del Consejo de Ministros sentó las bases para avanzar hacia ese objetivo. Entonces, en 2004, aprobamos tres importantes Resoluciones, que fueron mencionadas acá, las Resoluciones 59, 60 y 61 (XIII), que representan nuestra hoja de ruta para lograr que los beneficios del comercio intrarregional alcancen a la mayor cantidad de nuestros habitantes, particularmente a los más necesitados.

Los proyectos de Resolución que el Comité de Representantes nos eleva hoy, en seguimiento de aquel mandato, contienen distintos grados de avance y reflejan los consensos que hasta el momento fue posible alcanzar, para orientar los trabajos futuros.

Esos textos, sin embargo, no permiten ocultar la existencia de puntos de vista diferentes sobre el camino a recorrer para conformar el Espacio de Libre Comercio, y por lo tanto debemos encarar el debate en busca de convergencia.

A nuestro criterio, y basados en los mandatos que tenemos, se trata de avanzar progresivamente en la conformación del Espacio de Libre Comercio, mediante la plena utilización de los mecanismos previstos en el Tratado de Montevideo: la Preferencia Arancelaria Regional, los Acuerdos de Alcance Regional y los Acuerdos de Alcance Parcial.

Del mismo modo, cobra relevancia la actualización de los Regímenes de Origen y Salvaguardias, y el establecimiento de un Sistema de Solución de Controversias, lo que fortalecerá el marco de certidumbre y previsibilidad para el desarrollo de los intercambios, al amparo de los acuerdos suscriptos en el marco de la Asociación.

Todo ello deberá redundar en beneficio de los agentes económicos, y, como dije antes, en última instancia, en beneficio de nuestras sociedades en su conjunto.

Naturalmente, también debemos perfeccionar los mecanismos de tratamiento diferenciado para los Países de Menor Desarrollo Económico Relativo (PMDER), de forma de mejorar su acceso efectivo al mercado regional y atenuar las asimetrías existentes.

El objetivo del TM80, de promover el desarrollo económico-social, armónico y equilibrado de la región, se alcanzará con la moderación de las asimetrías entre los socios, así como las que existen al interior de cada uno de nuestros países.

Con relación a estos puntos, quisiera recordar que, más allá de haber acompañado el proceso de adopción del Plan de Acción a favor de los PMDER, Argentina presentó en setiembre del año pasado un proyecto de profundización de la Preferencia Arancelaria Regional que beneficiaría fundamentalmente a los países de menor desarrollo económico relativo.

Ese proyecto aspiraba a eliminar de manera progresiva todas las excepciones contenidas en el Acuerdo Regional y profundizar la preferencia en un 50 % con respecto a los niveles actuales.

Nosotros tenemos conciencia de la reacción a nuestra propuesta, no obstante lo cual continuamos aspirando a que -bien sea a través de esa propuesta o a través de cualquier otra alternativa- podamos, en todo caso, avanzar en esta cuestión fundamental para profundizar nuestra integración.

Señor Presidente, si bien resultan alentadores los resultados del comercio regional en los últimos años, en términos cuantitativos y también cualitativos, es claro que debemos todavía profundizar y acelerar los Programas de Liberación y trabajar en programas de complementación económica y productiva. Todo ello contribuirá a un desarrollo regional más integrado que promueva nuestra productividad y competitividad. Es en ese marco que debemos también esforzarnos para diversificar nuestras corrientes comerciales.

En los informes recibidos en la mañana de hoy conocemos de ellos que el comercio intrarregional está actualmente liberado en un 80%. Ahora, de hecho, los productos que intercambiamos entre nosotros, alcanzan escasamente al 35% del nomenclador arancelario. Tenemos un déficit en lo que hace a la diversificación de los productos que intercambiamos, estamos primarizados y solo en muy pocos casos hay una paleta de productos digna de economías integradas. Ya hemos escuchado opiniones al respecto en esta materia y nosotros queremos reafirmarlas.

En ese contexto, es mucho lo que queda por hacer y nosotros tenemos toda la disposición de propiciar aquellos acuerdos e iniciativas que apunten a afianzar y profundizar la integración en la región con un enfoque abarcativo y con la cobertura y ámbito de aplicación más altos posibles. Sabemos que algunos de los integrantes de esta estructura de integración no están preparados para avanzar en este sentido, pero los exhortamos a que hagamos un esfuerzo para que podamos de alguna manera converger a ese tipo de posiciones.

En otro orden de cosas, quisiéramos dejar sentado que la Argentina valora especialmente lo que se ha logrado en relación con la participación de la sociedad civil, a través de la apertura de ALADI para un mayor compromiso de los diversos actores sociales en el proceso de integración regional.

Los avances logrados en esta dirección son significativos, en particular la puesta en marcha del Consejo Asesor Laboral y del Consejo Asesor Empresarial para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, de manera de acercar a la ALADI a la sociedad, la producción y el trabajo.

En conclusión, Presidente, continuamos comprometidos a trabajar con ambición y entusiasmo en el cumplimiento de las pautas que tenemos, y las que surjan de este Consejo de Ministros, favoreciendo y propiciando los consensos y los intereses de la región, para el mayor beneficio de nuestros países y de nuestros pueblos.