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Despedida del Comité de Representantes del Excelentísimo señor Embajador Carlos Franco Cortez, Representante Permanente del Perú
Palabras de Despedida del Embajador Carlos Franco Cortez, Representante Permanente del Perú ante ALADI y MERCOSUR al Comité de Representantes de la Asociación Latinoamericana de Integración
10/20/2010

Hace un año y ocho meses arribé a Montevideo con el honroso encargo del Presidente de la República de mi país, el Dr. Alan García, para desempeñar funciones como Embajador del Perú ante la República Oriental del Uruguay y Representante Permanente ante la Asociación Latinoamericana de Integración y el MERCOSUR, lo que no hace sino confirmar la firme convicción y vocación integracionista de mi país, así como el desarrollo de una diplomacia económica que sirva como instrumento para incrementar y diversificar el comercio de bienes y servicios, tanto como las inversiones y el turismo, en un marco de libertad y democracia.

Para el Perú, la integración latinoamericana es una opción estratégica prioritaria de política exterior, para proyectarse al mundo de manera competitiva y ganar espacios de autonomía en un complejo y debilitado sistema económico global, promoviendo una inserción internacional favorable y competitiva. Por ello, el Perú aspira a la formación gradual de un espacio político y económico lo más amplio posible, con proyecciones estratégicas de seguridad, integración, cooperación e infraestructura de extensión subcontinental, en cuya concreción la ALADI debería cumplir un rol sustancial.

Al mismo tiempo, la integración regional debe ser real fomentando la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, así como convertirse en una alternativa para evitar que la globalización acentúe las asimetrías y en un instrumento para la eliminación de la exclusión social y la reducción de la pobreza.

Con ese espíritu, durante mi gestión, la Representación a mi cargo promovió, con ánimo constructivo, la conformación gradual del Espacio de Libre Comercio plasmado en la Resolución 59 del XIII Consejo de Ministros de octubre de 2004, convencido de las ventajas que ofrece un mercado regional ampliado, así como la inclusión de la dimensión social en la agenda de la organización. También viene contribuyendo activamente en el cumplimiento de los mandatos emanados del Decimoquinto Consejo de Ministros.

Ciertamente se han logrado avances en estas materias, pero hay que reconocer que falta mucho por hacer y que no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo aún en un conjunto de acciones de carácter regional.

Soy consciente que no es una tarea fácil, que la convergencia, eje central de la conformación del espacio común latinoamericano, es un camino complejo que requerirá de un decidido compromiso político para impulsar la consolidación del proceso de integración en el contexto de la ALADI y para no conformarnos con tener un marco jurídico que albergue solamente acuerdos que la mayor parte de las veces son negociados fuera de su ámbito, lo que condena a la Asociación a un simple papel de “notario” para el registro y autenticación de los mismos. En ese sentido, uno de los retos continúa siendo el recuperar su dimensión “multilateral” por encima de las vías bilaterales.

En este sentido, confío en que los trabajos que lleve adelante la Conferencia de Evaluación y Convergencia permitan encaminar adecuadamente el rumbo futuro del proceso de integración y tener a la ALADI como su principal referente.

Señor Presidente:

Hoy el proceso de integración regional y ALADI se ven amenazados por una crisis económica global de una amplitud y profundidad sin precedentes, generada en los países desarrollados, pero cuyos efectos perjudiciales se hicieron sentir en la región que experimentó un shock comercial que implicó en 2009 una reducción significativa de las exportaciones intrarregionales en casi un 25%, la mayor en los 30 años de historia de la ALADI.

En este contexto, el Presidente de la República del Perú, el Dr. Alan García, ha enfatizado con ahínco que la integración de América Latina es la única vía que tiene la región para enfrentar, de mejor manera, los grandes problemas mundiales e impulsar el desarrollo económico con inclusión social.

Entonces, nuestro norte debe ser que a mayor profundidad de la crisis internacional hay que responder con más integración, sin ceder a las presiones proteccionistas o ingresar en una perjudicial “guerra cambiaria” para ganar una ilusoria competitividad, porque además estaríamos violando compromisos contraídos en el marco del Tratado de Montevideo 1980 y todo su ordenamiento jurídico.

Todo esto que ahora repaso en esta despedida, refleja un trabajo sustantivo siempre apoyado por la Secretaría General. Por ello, vaya en primer lugar, mi agradecimiento más cálido al señor Secretario General Embajador José Fernández Estigarribia, y a su eficiente equipo de asesores y funcionarios internacionales. No puedo dejar de expresar tampoco, mi agradecimiento a nuestro joven compatriota César Llona, quien siempre estuvo atento a brindar su invalorable apoyo para el mejor éxito de las gestiones. Quiero, para concluir, dejar testimonio asimismo de mi enorme gratitud al Gobierno de la República Oriental del Uruguay por la hospitalidad y calidez de su pueblo, de la que hemos sido objeto en tantas oportunidades a lo largo de mi permanencia en este país. Ruego al señor Representante Permanente de Uruguay que transmita lo que he referido a las más altas autoridades de su Gobierno y al Presidente de la República, Excelentísimo señor José Mujica.

A este respecto debo agradecer la amistad que me brindara el que fuera Presidente del Uruguay, el Dr. Tabaré Vázquez, los Cancilleres Gonzalo Fernández, Pedro Vaz y el actual Ministro de Relaciones Exteriores Luis Almagro, el Vicepresidente Danilo Astori y el Senador Alberto Couriel.

De otro lado, mi más sincero reconocimiento igualmente al personal, siempre eficiente y colaborador, de la Secretaría General, así como también a los miembros de mi Delegación, a mi actual Representante Alterno Ministro Consejero Jorge Tello, así como al anterior Ministro Consejero Jorge Rosado La Torre, al Primer Secretario Oscar Roca, a la Segunda Secretaria Jessica Pásara, al Consejero Económico Ricardo Romero Magni y al Agregado Cultural Dr. Bruno Podestá. Dejo también constancia de mi agradecimiento a toda la gran familia de ALADI.

Finalmente, debo agradecer la amistad que me brindaran las y los Embajadores de diferentes países. Me refiero a México, Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Cuba, Uruguay, Colombia, Ecuador, Paraguay, Chile. Guatemala, Costa Rica, Panamá y Honduras, entre otros, a pesar de las diferencia entre las posiciones políticas de nuestros gobiernos, estrecharon nuestras relaciones de modo tal que nos hizo posible concordar nuestros puntos de vista a favor del proceso de integración promovido tanto por la ALADI, como por el MERCOSUR.

Regreso a mi país con la modesta convicción del deber cumplido. Con conocimientos y experiencias enriquecidas que me permitan entender más y mejor las oportunidades y desafíos que acompañan al viejo, azaroso y nada fácil proyecto de lograr integrarnos.

En fin, quiero decirles que quien se va estos días no es el Embajador sino un amigo que espera verlos en Lima en el curso de los próximos meses.

Sin otro particular, deseo que entiendan que a través de estas palabras, va envuelto un estrecho y cálido abrazo para todos y cada uno de ustedes.

¡ Muchas, muchas gracias !