Igualmente en nombre de la Secretaría General queríamos expresarles a todos los familiares presentes y ausentes de nuestro querido amigo Julio César Schupp la palabra de condolencia y del sentido sentimiento que ha embargado a la Secretaría en el momento que hemos conocido de su fallecimiento.

Como decía usted Presidenta, correspondió al Embajador Schupp ser Representante Permanente de su país en la ALALC, vivió el cambio, la transición como se le dice en el argot, la transición ALALC - ALADI, primero como Representante de su país y luego le correspondió la difícil tarea de ser el primer Secretario de esta Organización, como ya yo me voy me puedo permitir ciertos deslices, quiero señalar que no era una tarea sencilla dirigir en esta Organización y me imagino que mucho más difícil lo habrá sido en aquella oportunidad, cuando se dejaba de ser una Secretaría Ejecutiva para pasar a ser una Secretaría General que ya no era exclusivamente Secretaría Ejecutiva de un órgano del Tratado de Montevideo, sino que empezaba a ser una Secretaría que era la Secretaría del Tratado, adquiría una característica diferente y donde se le asignaban unas tareas totalmente distintas a las que habían sido originalmente previstas a la Secretaría Ejecutiva y que ahora se convertía en una Secretaría General.

Le tocaba en primer lugar, marcar la cancha, como se dice en términos futbolísticos, señalar cuáles eran las competencias de la Secretaría y hasta donde podía la Secretaría asumir esa competencia. Le correspondía reestructurar la Secretaría, como en efecto lo hizo, con muy buen tino, y lo más difícil de todo, que era reorientar la tarea de esta Organización, ya no se trataba de un organismo multilateral por excelencia, donde los países venían a reunirse una vez al año en la Conferencia de las Partes Contratantes, sino que entonces, atender la multiplicidad de bilateralidades y cómo recoger aquel acervo histórico que había quedado como herencia de la ALALC, como transformarlo en lo que hoy tenemos como patrimonio histórico de ALADI. Fue verdaderamente una labor titánica la que realizó en aquel entonces el Embajador Schupp en la parte técnica.

Era un hombre de una recia personalidad, muy recia personalidad, yo estuve la dicha y la suerte de haber conocido al Embajador Schupp, lamentablemente el tiempo no nos brindo la oportunidad de haber profundizado más la amistad, pero el cariño y el afecto en lo poco que pudimos conocernos siempre fue muy grande y debo confesar ahora que varios de mis colegas que trabajaron con el Embajador Schupp en la Secretaría se reían mucho, porque muchas de las cosas que yo hice, las hice inspiradas en las cosas que hacía el Embajador Schupp. Él era así como yo, compartíamos algo, somos un poquito atrevidos para hacer las cosas y un poco más atrevidos en la aplicación extrema de las normas sobre todo en lo que se refiere a las competencias que tiene asignada la Secretaría en el tratado.

Hoy, nosotros nos sentimos verdaderamente muy acongojados con la ausencia de Julio César, pero estoy seguro que esa ausencia física está siendo compensada con todo el afecto y todo el cariño que los funcionarios de esta Secretaría le profesamos en vida y creo hoy nos aunamos totalmente para también honrar su memoria en esta sesión del Comité de Representantes.