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El Comité de Representantes recibe la visita del Contador Enrique Iglesias, Presidente del BID
Palabras del Presidente del Comité de Representantes Permanentes de la ALADI, Sr. Héctor Casanueva Ojeda, Embajador de Chile.-
04/16/2004

Celebramos hoy una sesión extraordinaria del Comité de Representantes Permanentes de la ALADI, en la que nos acompañan los países y organismos observadores, autoridades de gobierno, cuerpo diplomático, académicos, empresarios e invitados especiales, para recibir en esta sede al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Sr. Enrique Iglesias.

Bienvenido, Sr. Presidente, a esta, la Casa de la Integración.

En nombre de mis colegas, quiero manifestarle, en primer lugar, que nos sentimos muy honrados y complacidos con su visita, que se produce en un momento de vital importancia para la Asociación, cuyos destinos están directamente ligados a las exigencias y desafíos que las nuevas realidades de la economía y el comercio internacionales plantean a nuestros países.

El devenir del proceso de integración latinoamericana desde que fuera planteada como un proyecto político de inserción internacional basado en la complementación de nuestras economías, hace ya cincuenta años, ha derivado en la región en una variedad de iniciativas, esquemas, formas de relacionamiento y proyectos en curso, con disímiles resultados que dan cuenta, por una parte, de un dinamismo y una voluntad de avanzar, y por otra de las fuertes limitaciones que la realidad impone a nuestros países para lograr una efectiva integración conforme con la idea fundacional.

Afortunadamente, podemos apreciar que hay cada vez más conciencia regional de la necesidad de dar un salto cualitativo en la integración, de tomar las decisiones políticas que la hagan avanzar, y de adaptar esquemas, instituciones y mecanismos a los nuevos tiempos.

De hecho, en el seno de la ALADI -a la que por cierto hace una década muchos le habían pronosticado su desaparición ante el advenimiento del ALCA- nos hemos dedicado con aplicación y sentido de realidad a analizar en profundidad las luces y sombras del proceso llevado a cabo al amparo del Tratado de Montevideo de 1980.

Tratado que en los últimos meses se ha vuelto a revelar como visionario en su realista concepción de flexibilidad y de aproximaciones bilaterales hacia una convergencia multilateral de economías distintas en tamaño y grado de desarrollo.

A partir de este análisis, ya concluido, estamos trabajando en un mandato de la Resolución 55 del Consejo de Ministros, para dilucidar y estructurar el camino que debemos seguir para afianzar, potenciar y articular nuestros lazos construidos en las últimas dos décadas mediante 31 acuerdos comerciales y cerca de cien protocolos que, con los recientes acuerdos entre el MERCOSUR y los países andinos miembros de la CAN, nos proyectan a que el 2007 el 87% del universo arancelario entre nosotros estará liberalizado a cero, lo que será la base de un Espacio de Libre Comercio armonizado y convergente el que corresponderá complementar con las disciplinas y normas necesarias para facilitar los intercambios.

Este Espacio nos permitirá mejorar nuestra competitividad sistémica -uno de los temas prioritarios del BID- para insertarnos mejor en el contexto económico hemisférico y mundial.

Espacio que entendemos desde luego funcional y no contradictorio con los proyectos de alcance hemisférico y los esquemas multilaterales.

Sobre todo esto le corresponderá pronunciarse al próximo Consejo de Ministros en octubre del presente año, y su implementación será tarea prioritaria de la gestión de la ALADI en los años que vienen.

Señor presidente:

Será por tanto muy importante para nosotros escuchar de su parte los puntos de vista, ideas y orientaciones que a partir de su reconocida visión integracionista y larga experiencia política y técnica en el ámbito internacional nos pueda entregar esta tarde.

Quisiéramos imaginarnos que usted se siente aquí como en su casa.

Tenemos antecedentes que su primera visita a esta sede fue el año 1981, cuando ocupaba el cargo de Secretario Ejecutivo de la CEPAL.

Posteriormente nos visitó como Canciller de Uruguay y en varias oportunidades en su calidad, como ahora, de Presidente del BID.

Nos complace comprobar, por tanto, que a lo largo de su carrera la ALADI ha ocupado un lugar importante en su agenda de trabajo.

Nos complace también su visita por el alto prestigio de la institución que usted representa, el impacto de sus iniciativas y por su gran influencia en el sistema multilateral.

Apreciamos que una de las prioridades de la institución a su cargo sea, precisamente, la integración regional, tema éste que Ud. ha señalado en numerosas ocasiones como un proyecto clave para mejorar nuestra inserción internacional, a partir del desarrollo de nuestra capacidad competitiva que sólo es posible, en las actuales circunstancias, mediante la integración.

Tenemos por tanto una gran coincidencia de objetivos y de visiones, como no podría ser de otro modo, ya que ambas instituciones respondemos a un propósito político común originario, y de ellas formamos parte gobiernos aquí representados.

Pensamos, señor Presidente, que el Tratado de Montevideo de 1980 contiene todos los elementos para avanzar en la integración regional, abarcando tanto los aspectos comerciales como de cooperación y promoción económica.

Puede dar cabida institucional, si así lo queremos, a múltiples iniciativas que trascienden lo arancelario y normativo, en materias como integración física, comercio electrónico, complementación productiva, desarrollo empresarial, coordinación estadística, todas las cuales pueden ser abordadas por nuestros países en iniciativas comunes al amparo del Tratado, sin necesidad de seguir con una práctica muy propia, de ir creando cada vez más instituciones y tratados para cada nueva idea.

Señor Presidente:

Al terminar estas palabras de bienvenida quisiera destacar que la actual efervescencia integracionista que estamos viviendo en la región necesita de ámbitos en los que se encuentren las posturas, se intercambien los proyectos, se armonicen las ideas y se establezcan progresivamente los máximos comunes denominadores.

Es en este contexto que nuestras instituciones tienen mucho que aportar a nuestros países en un trabajo conjunto y convergente.

Estamos ciertos que podemos desarrollar importantes iniciativas a este respecto, ya que la integración necesita adaptarse al siglo XXI en la propuesta, recuperando el sentido estratégico y geopolítico originario, pero con nuevos e imaginativos diseños y mecanismos institucionales, para lo cual, como ya lo hemos dicho y es evidente, la labor del BID es imprescindible.

Muchas gracias, y nuevamente, bienvenido a esta, su casa.