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El Comité de Representantes recibe la visita del Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Excelentísimo señor Rafael Roncagliolo Orbegoso
Intervención del Canciller Don Rafael Roncagliolo Orbegoso
03/09/2012

Muchas gracias Presidente, muchas gracias Secretario General, muchas gracias Viceministro por sus palabras muy cordiales y excesivamente generosas, muchas gracias señores Presidentes y Cancilleres por acompañar esto, que no quiere ser más que una reflexión en voz alta, sobre todo desde el punto de vista de la experiencia del nuevo Gobierno peruano que tiene pocos meses, que preside el Presidente Ollanta Humala, electo en las elecciones del año pasado, y que pretende reafirmar de verdad un compromiso latinoamericanista, y por eso a mí me da un enorme gusto estar en esta casa de ALADI donde la integración tiene un hogar, un lugar para consolidarse de la mayor importancia.

Se ha dicho, lo ha señalado usted Presidente, que el Perú ha tenido un crecimiento económico extraordinario en los últimos años, igual que un incremento exponencial en su comercio exterior. Por supuesto, esos son motivos para alegrarnos y esas son causa y causas en los cuales seguir comprometidos y estamos comprometidos.

Sin embargo, lo que se puede percibir menos desde fuera, es que este extraordinario crecimiento económico no va acompañado de mejoras en las condiciones de vida para toda la población. Es decir que hemos tenido mucho más crecimiento económico que inclusión social. Mucho más éxito en los números de la variable macro económica que en las medidas micro sociales que se refieren al nivel de vida de los peruanos, y evidentemente eso se expresa también en los resultados electorales sobre los cuales descansa el Gobierno del Presidente Ollanta Humala.

Los tratados de libre comercio han jugado un papel muy importante. Con la inminente aprobación del tratado multipartes entre la Unión Europea, Colombia y Perú, el Perú va a tener más del 95% de su comercio exterior en áreas de libre comercio, la primera de las cuales fue, por cierto, la Comunidad Andina, que no logró constituirse como una unión aduanera ni como un mercado común pero que sí es un área de libre comercio muy importante para nosotros, porque es ahí donde se despliegan las exportaciones con valor agregado, que son una parte menor del grueso de las exportaciones peruanas, y las exportaciones de las pequeñas y medianas empresas, que son prioritarias para un Gobierno que quiere privilegiar la inclusión.

De manera que los tratados de libre comercio han cumplido un papel importante en el crecimiento económico del Perú, así como lo ha cumplido el crecimiento de la demanda interna y, por supuesto, los precios de las materias primas que exportamos y sobre las cuales descansa este crecimiento económico.


Pero, como venía diciendo, uno podría mirar el mapa del Perú y observar que hay por lo menos dos Perúes. Hay un Perú moderno, que es la costa peruana, desde la frontera con el Ecuador hasta el Departamento de Ica, un poco al sur de Lima, donde efectivamente este crecimiento económico ha chorreado, para usar un verbo cacofónico pero muy de moda; y el resto del Perú, principalmente la serranía, donde este crecimiento económico aparece como un dato exterior, como una referencia, pero que no corresponde a cambios sustanciales en las condiciones de vida de los peruanos.

En este marco, la prioridad del Gobierno del Presidente Humala es asegurar el crecimiento económico pero para que les sirva a todos los peruanos, para que no haya ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, para que quienes observan o critican en determinadas políticas estatales no sean considerados como “perros del hortelano”, para usar una frase con la cual se hacía referencia a estos sectores en el pasado reciente.

Algunas de las medidas iniciales del nuevo Gobierno son la Ley de consulta previa. Somos el primer país que da una legislación para cumplir y asegurar el Convenio 269 de la OIT, que exige consultar a las comunidades originarias afectadas cuando se trata de una inversión que puede afectar sus intereses, o sus expectativas, o sus percepciones.

Esta ley es sumamente importante porque en el Perú el crecimiento económico depende de las actividades extractivas, y en particular de la minería, pero a la vez las actividades extractivas, y la minería en particular, están en el origen de la mayor parte de los conflictos sociales y ambientales. Entonces, es una contradicción fundamental porque el país no puede sacrificar sus perspectivas de crecimiento, que a su vez debe ser utilizado para que este crecimiento se exprese en desarrollo, pero al mismo tiempo no puede desarrollar este crecimiento a expensas del medio ambiente o a expensas de los derechos de los peruanos originarios.

Entonces, es un problema absolutamente central que requiere un manejo inteligente y que requiere un manejo renovado que es en lo que el Gobierno está empeñado; o también, en el anuncio de este Gobierno se establecieron medidas tributarias para que las sobre ganancias de las empresas mineras, que han visto sus precios mejorados en porcentajes muy superiores a los que podían esperarse cuando los contratos se pactaron, para que estos ingresos puedan expresarse en una mayor tributación a beneficio de la redistribución y desarrollo del país.

Es en este marco de prioridades que queremos crecimiento económico, sí, queremos mantener estas cifras record, pero queremos que este crecimiento se exprese en mejoras de las condiciones de vida para todos los peruanos, que se enmarca en lo que el Perú quiere marcar como sus prioridades en la acción exterior del país.

Y simétricamente, con estas dos prioridades decimos que en materia de política exterior el Perú tiene los siguientes objetivos: el primero es fortalecer América Latina y América del Sur en particular, como bloque económico y político. El segundo es consolidar la presencia internacional del Perú. El tercero es reconciliarse, y uso profeso el verbo reconciliarse, con los peruanos en el exterior, que son el 10% de la población peruana y cuyas remesas anuales representan cinco veces lo que representa la cooperación internacional actualmente al Perú. Y el cuarto, es fortalecer los procesos de reafirmación cultural y recuperación del patrimonio cultural del Perú y de los otros países cuyo patrimonio cultural ha sido saqueado.

Naturalmente, estos cuatros objetivos solamente se pueden entender desde el punto de vista de un Gobierno que, como vengo de decir, quiera asegurar la permanencia y profundización del crecimiento económico pero en base a una política de inclusión social, a la cual están destinadas el conjunto de las políticas públicas del régimen. Es decir, que estos cuatro objetivos son interdependientes y se refuerzan mutuamente.

Al colocar en primer lugar lo que se refiere al fortalecimiento de América Latina, lo que queremos decir es que pensamos, como se ha dicho acá antes, que este es un momento particularmente importante para la región, y lo es al menos por dos consideraciones. La primera la paradoja de la crisis, que por supuesto que nos va a afectar, significa que esta vez nuestros países son un poquito, ligeramente, menos permeables a los efectos de la crisis. Mientras los europeos optimistas piensan en un crecimiento de 0% y los americanos de 2%, en los países de la cuenca del Pacífico, -muy importante para nosotros la cuenca del Pacífico-, y en los países de América Latina vamos a poder tener posiblemente niveles de crecimiento algo mayores.

Entonces, es un buen momento porque ya encontramos en los países europeos, por lo menos en los que hemos visitado recientemente, en algunos países árabes, un interés en esta tierra como tierra de inversiones más rentables, más útiles, más provechosas, con menos riesgos que los territorios principales de inversión. Y ese es un dato importante para la región.

Y en segundo lugar, porque estamos atravesando en este momento en particular en América del Sur, un momento de relativo predominio de las fuerzas centrípetas sobre las fuerzas centrífugas. Esto no ha sido frecuente en nuestra historia. Las fuerzas centrífugas que enfrentan a un país vecino con otro, a una parte de la región con otra, siempre han sido más eficaces, más fuertes, que las tendencias centrípetas.

Hasta hace pocos años hemos estado viviendo, dentro de Sudamérica, una polarización que ahora en los últimos años, casi en los últimos meses, empieza a revertirse. No sabemos por supuesto con qué permanencia esto puede percibirse y constatarse, no sabemos cuánto va a durar, pero es un buen momento. Y lo vemos cuando se reúnen los Jefes de Estado sea en la CELAC, sea en UNASUR, sea en cualquier marco, vemos que hay un momento donde esta necesidad de consenso se expresa de manera más intensa y de manera más honda.

Entonces, nosotros pensamos que la competencia en nuestros países es importante, es un dato de la realidad. Un ex Presidente peruano decía a propósito de las tensiones históricas entre Perú y Chile, “esto hay que convertirlo en competencia, nosotros tenemos que ganar a los chilenos en las variables macro económicas”, y está muy bien, pero quizá sea todavía más útil dejar de pensar sólo en la competitividad nacional y pensar en la competitividad regional, en lo que podemos lograr efectivamente como región, independientemente por supuesto de que haya, así como hay, patriotismos más grandes y más pequeños, pensemos en la competitividad de país.

Pero eso es una coyuntura, y esta es la paradoja de la crisis, una coyuntura que vendría a ser como un acicate para proyectar los puntos al mundo, tanto en términos económicos como en términos políticos. De manera que los datos de la crisis económica por un lado, y los datos del consenso existente en la región y particularmente en América del Sur, constituyen un par de elementos que debiera servir como estímulo para recuperar viejos ideales que, no por traicionado, diría yo, a lo largo de los últimos siglos dejan de ser válidos y deja de ser pertinente proponerlos, no como formulación retórica por supuesto, sino como un camino viable a recorrer.

Y por eso, este primer énfasis que nosotros ponemos en nuestro compromiso regional, en un Perú empeñado en la integración, empeñado en fortalecer las fuerzas centrípetas, no en formar parte de los bandos sinológicos que han existido o que puedan existir entre la región, sino en todo lo que puede significar buscar lo que nos une y postergar lo que nos desune. Entonces, este es el empeño central que explica porqué el Perú, a diferencia de años recientes, trata de tener una relación lo más constructiva posible con cada uno de los países, y porqué el Perú se compromete tanto en la reingeniería de la Comunidad Andina de Naciones y en el fortalecimiento de este mecanismo efervescente, particularmente efervescente, que es UNASUR, del cual además le toca al Perú, por las predestinaciones del orden alfabético, tomar la Presidencia este año a partir de noviembre.

En suma, podemos decir que tenemos hoy día una América Latina potenciada gracias al espacio logrado por el fortalecimiento institucional, la gobernabilidad, la participación social en la vida política de los países, el anclaje democrático que la región ha logrado en hacer sus últimas décadas, la sanidad del manejo de economía y la promoción de estos modelos basados en la inclusión social. La conciencia de que no hay crecimiento viable si la inclusión social no está en su eje. De que el destino de países exportadores de materias primas no es sinónimo de desarrollo y que, por lo tanto, esta coyuntura tiene que utilizarse para una verdadera transformación como habrán hecho varios países del mundo.

El otro objetivo complementario de éste, tiene que ver con la inserción del Perú en la economía global, que se fortaleció, sin duda ninguna, de manera sustantiva con los tratados de libre comercio. Entonces, el Perú tiene en este momento una economía que se ha desvinculado, se ha desarraigado, se ha desligado, como toda América Latina, de la monodependencia. Como la mayor parte de nuestros países nuestro principal socio comercial es la China. El origen principal de las inversiones privadas directas es Europa, España en primer lugar y otros países luego, y seguimos manteniendo una fuerte vinculación con los Estados Unidos, pero está lejos de ser la vinculación cuasi monodependiente de hace 50 años. Eso por supuesto nos da márgenes de autonomía bastante importantes.

Y a partir de eso nosotros claro que queremos mantener esta presencia en la economía global. De ahí que tengamos un interés muy marcado en seguir desarrollando nuestra condición de país de la cuenca del Pacífico, nuestra participación en APEC y todos los procesos destinados a acercar a estas economías abiertas del mundo del Pacífico, y también nuestro interés en mantener las relaciones que tenemos con América del Norte y con Europa.

Ustedes saben que tenemos tratados de libre comercio con América del Norte y que estamos a punto de culminar este acuerdo con Europa, y empezamos a pensar también en otras regiones del mundo muy importantes, hasta hoy descuidadas por nosotros, como los países árabes. Queremos organizar este año en Lima, ojalá sea posible, la Cumbre de países Árabes-América del Sur, y esto va en esta perspectiva, pero que es una perspectiva de que estos posicionamientos geográficos, como el hecho de estar sobre la orilla del Pacífico, y estos compromisos institucionales, como el hecho de que nos toca organizar la Cumbre países Árabes-América del Sur, tiene que ponerse al servicio de la región.

Esta idea de la competitividad colectiva acompaña todos estos procesos, y estamos convencidos de que en la medida en que fortalezcamos los procesos intrarregionales esta presencia global va a ser mucho más efectiva. Esto significa nuestro interés profundo en construir una visión estratégica global, por encima de las diferencias que existen entre los países, que existen entre los bloques de países. Debemos construir una visión estratégica global que nos diga la visión y la misión que nuestra región debe asumir en los años próximos inmediatos, y en particular esto significa tomar en serio la convergencia de los procesos de integración sudamericanos con la finalidad de ser más eficientes, más competitivos y mejorar nuestra posición en el contexto internacional.

Una de las prioridades que el presidente Ollanta Humala ha establecido, y en la que nosotros por supuesto estamos comprometidos, es el fortalecimiento de estos procesos de integración que van de lo más próximo a lo más inmediato, pasan por la CAN, UNASUR, CELAC y ALADI por supuesto, que para nosotros nos parece que tiene un papel fundamental en esta convergencia. Claro que no existe un definición exacta y consensuada de lo que la convergencia significa, pero sí existe un desafío común a la capacidad de elaboración y de imaginación para hacer un uso racional y eficiente de todos los recursos materiales y humanos, institucionales, de todo el bagaje de experiencia que se ha acumulado en la región, y esto requiere una acción conjunta en foros como la Comunidad Andina de Naciones y el MERCOSUR, con el fin de articular, no de desaparecer las diferencias, pero de articular los diferentes modelos de desarrollo, y quedará un espacio de complementación regional sobre la materia, crear, imaginar un espacio de complementación regional.

Es comprensible que existan posiciones distintas que dificultan la fusión, el acercamiento de los diferentes marcos institucionales, como es la CAN de un lado y el MERCOSUR por otro. Pero no por ello se debe concluir que la convergencia es imposible desde el punto de vista de la gestión, de la realización de tareas definidas y/o de la búsqueda de objetivos que demanden una acción conjunta. Es urgente, por ello, identificar temas, proyectos y objetivos comunes, así como instancias, mecanismos e instrumentos para hacerlos viables, con el fin de evitar la duplicación y dispersión de esfuerzos y fortalecer la integración regional en el más breve plazo posible, aprovechar lo más posible esta coyuntura.

Dentro de este contexto, es un hecho relevante el papel que a la ALADI le corresponderá dentro de este ejercicio de convergencia a nivel regional, y explica porqué yo estoy tan contento de poder compartir estas ideas acá en el seno de ALADI.

La ALADI es el proceso de integración en el que participan todos los países de la CAN y el MERCOSUR. Pero también 10 de los 12 países que conforman UNASUR, en realidad todos los países que conforman UNASUR, menos los que no son hispanoparlantes, que son Surinam y Guayana. Y ALADI es además un instrumento estratégico para la conformación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, porque cuando estamos hablando de integración estamos hablando de dos marcos complementarios, UNASUR que es lo más efervescente en este momento, pero América Latina como conjunto. No podemos pensar en América Latina desde el punto de vista de la integración prescindiendo de los países de Centro América y de Norte América, como México en particular.

Justamente, la Cumbre de América Latina y el Caribe, que se realizó recientemente en Venezuela y que creó la CELAC, confirió a la ALADI el rol de Organismo Facilitador de la Dimensión Económica y Comercial de la integración en el marco de CELAC. Estamos por demás ante una ALADI dinámica y eficiente, bajo el liderazgo de su Secretario General, con una agenda renovada, con toda una infraestructura institucional que le da un funcionamiento permanente y que sirve de acicate para el intercambio de ideas, de información, y con un rol articulador en el proceso de armonización y convergencia regional que los países tenemos que aprovechar.

El Perú confía en que ALADI podrá utilizar su larga experiencia para articular la convergencia económica o comercial en la región, construyéndose en el organismo destinado a promover la convergencia gradual de los acuerdos comerciales negociados en la región y la integración para el desarrollo, sobre la base de la cooperación y la complementariedad entre los países de la región. Este compromiso por supuesto no es reciente. En la Declaración Presidencial de Lima, firmada el 28 de julio del año pasado, apenas producida la asunción del cargo del Presidente Ollanta Humala, los Presidentes de la Comunidad Andina señalaron que, con miras a fortalecer y dar un impulso a la integración latinoamericana, reafirmamos nuestro compromiso con el proceso de convergencia y diálogo entre los distintos mecanismos regionales y subregionales de integración, en particular con MERCOSUR, UNASUR y ALADI.

Por todo ello, nos parece muy importante que ALADI pueda desempeñar un rol protagónico para enfrentar el desafío que impone la convergencia económica en la región, con una visión de liderazgo, que permita establecer y definir un horizonte posible y un cronograma concreto hacia el objetivo que estamos planteando, desde que los primeros pasos de la Comunidad Sudamericana de Naciones, UNASUR, destinados a contar con una América del Sur unida y fortalecida, una zona de paz indiscutible y un ejemplo de integración para el desarrollo económico con inclusión, dependen de la capacidad de las instituciones que ya conforman la región.

En resumen, lo que pretendemos es fortalecer, en esta coyuntura económica y política, que tomamos como una coyuntura particularmente útil, como una oportunidad que no se debe desaprovechar, la unidad de nuestros países, en primer lugar de América del Sur y luego de toda América Latina, para proyectarnos en la economía global y en el mundo global, y como América Latina, como conjunto.

Y en segundo lugar, para cumplir esta finalidad, asegurar la competitividad de la economía peruana, su presencia en los principales espacios económicos y políticos mundiales, y también, no lo he desarrollado porque tiene menos pertenencia en un marco como este, la reconciliación con los peruanos que viven en el exterior que son no solamente agentes de desarrollo de los países en que se han insertado y del Perú, sino que llevan a la práctica una cuestión fundamental en esta época en que se pregona tanto el libre tránsito de bienes, comercios, servicios, que es el libre tránsito de las personas, y que por lo tanto son parte de la preocupación central de cualquier Estado cuyos habitantes hayan tenido, o tengan, niveles de migración importantes.

Estas son básicamente las ideas que quería compartir con ustedes. Dentro de unos días va a estar acá nuestro Ministro de Economía que podrá desarrollar más los aspectos económicos de nuestra presencia internacional.

Y quiero otra vez reiterarles mi agradecimiento y pedirles disculpas porque estoy con un mal viaje que no me hace ser lo elocuente que me gustaría haber sido en homenaje a ustedes.

Muchas gracias.