La inversión extranjera directa (IED) ha tenido históricamente un papel determinante en el desarrollo económico de los pueblos, particularmente en el caso de países pequeños y menos desarrollados que se caracterizan por la relativa escasez de capital entre los factores productivos y la importancia de los recursos externos en la demanda total. En las últimas décadas, la IED se ha convertido en el principal motor de la integración económica regional y global, al estar mayormente orientada hacia el comercio. [...].

Entre las estrategias más utilizadas por los países en desarrollo y menos desarrollados para atraer IED se encuentra la negociación de acuerdos internacionales de promoción, protección y liberalización de inversiones TBIs. Estos acuerdos permiten superar los desafíos que enfrentan en general dichos países -que suelen tener sistemas jurídicos y judiciales menos desarrollados- para dar certidumbre y credibilidad a sus compromisos con potenciales inversores extranjeros. [...].

En este contexto de renovada actividad en la agenda de negociaciones comerciales, resulta necesario para el Paraguay incorporar las mejores prácticas y los últimos desarrollos normativos en la materia, y generar un modelo que se adapte a las necesidades y objetivos del país con relación a su política de atracción de inversiones.