Proceso de Integración

   Observatorio América Latina - Asia Pacífico

   América Latina y Asia Pacífico. Realidades que definen la agenda

1. IntroducciónLas relaciones entre América Latina y Asia Pacífico han registrado un importante crecimiento en los últimos años, no solo por el impulso de las transformaciones registradas en los países asiáticos, sino también por la performance económica de los países de América Latina.

Dicha constatación, que naturalmente no es una novedad, sigue sorprendiendo debido al ritmo que adquieren los intercambios, especialmente en términos de los impactos, lo que lleva a la permanente introducción de nuevos temas y actores en la agenda entre las dos regiones.

El mencionado escenario obliga a todos aquellos actores que intervienen en la relación, pero muy especialmente a los formuladores de políticas públicas, a una cada vez mayor profesionalización en el análisis vinculado con las relaciones entre las partes.

Es en este marco, que la ALADI, CAF y CEPAL deciden conformar el Observatorio América Latina – Asia Pacífico en el año 2012, el que tiene por objetivo fundamental profundizar el conocimiento en torno a las relaciones económicas entre ambas regiones, así como contar con un mecanismo permanente que facilite a los diferentes actores, la información necesaria que contribuya a la adopción de políticas y estrategias sobre la materia.

2. Algunas características de la relación

2.1 Múltiples canales

La relación entre los dos actores tiene múltiples canales, los que además presentan marcadas diferencias según el país. De cualquier forma, la importancia del comercio exterior de bienes ha sido el vehículo de mayor envergadura y hasta hace pocos años incluso excluyente en los análisis de gobiernos o académicos. Más recientemente, el dinamismo que han adquirido las inversiones, la potencialidad mostrada en el comercio de servicios y la financiación, ampliaron notoriamente el campo de análisis. Otro enfoque como la cooperación, estuvo presente desde tiempo atrás, especialmente por la activa participación de algunas potencias asiáticas.

Debe considerarse, que a medida que la relación se profundiza, otros fenómenos menos estudiados adquieren importancia, tales como los asuntos vinculados con la infraestructura (tanto desde la lógica de las inversiones como de las restricciones generadas por el déficit presentado por algunos países en este sector), el número de empresarios que interactúan, los que impulsan asociaciones estratégicas como la constitución de Joint Ventures o acuerdos de transferencia tecnológica e investigación, los importantes y crecientes intercambios académicos entre las dos regiones, la progresiva relevancia que adquiere el turismo, donde se visualizan claras oportunidades y la interacción cultural, la que fomenta el mayor acercamiento entre los pueblos, lo que naturalmente redunda en un aumento de las posibilidades de cerrar negocios.

2.2. El desempeño económico y comercial

Las relaciones entre las dos regiones están naturalmente afectadas por el desarrollo interno registrado por cada una de las economías de la región, el que por cierto es bastante dispar si se lo analiza de forma desagregada.

Tanto Asia Pacífico como América Latina han mostrado un muy buen desempeño económico en los últimos años, si bien en el caso de Latinoamérica más particularmente a partir del año 2003. De cualquier forma, como puede observarse en el gráfico presentado seguidamente, el crecimiento del PIB nominal de los países de Asia Pacífico ha sido mucho mayor al de América Latina, además de ser tres veces superior, lo que nos permite introducir otra de las características principales que explica la relación entre los dos actores, la asimetría.

 

Gráfico 1 – Evolución del PIB nominal

(1980 – 2012)

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

El buen comportamiento de las economías favoreció el crecimiento del PIB per cápita, el que sigue siendo superior en el caso de los países latinoamericanos, pero con una brecha que es menor a la de años anteriores. Por ejemplo, en 1980 el ingreso per cápita de la región de Asia Pacífico alcanzaba los US$ 989 anuales(1), mientras que el de América Latina US$ 3.489 (una relación mayor a 3). En 2012, los montos ascendieron a US$ 12.559 en el caso de los países de Latinoamérica y a US$ 8.438 en el caso de Asia Pacífico (una relación menor a 1). La disminución de la brecha tiene que ver con las tasas de crecimiento del producto de las regiones. En ese sentido, si se considera el porcentaje promedio entre los años 1980 – 2012, mientras Asia Pacífico creció al 4,3%, los países latinoamericanos lo hicieron al 2,8%.

 

Gráfico 2 –Evolución del PIB per cápita

(1980 – 2012, PPC ponderado)

 

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

Otro fenómeno que marcó el desarrollo económico de las dos regiones en los últimos años tiene que ver con la captación de Inversión Extranjera Directa (IED), donde también Asia Pacífico lidera tanto en montos como en desempeños. Al respecto de estas variables, uno de los temas centrales refiere al destino de la inversión, aspecto considerado de especial importancia en el desarrollo económico de los actores y que como se verá más adelante, es actualmente debatido en algunos países de la región latinoamericana a partir de la relación que se tiene con China.

 

Gráfico 3 – Evolución de la captación de IED

(1980 – 2012)

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

En el comercio exterior tanto de bienes como de servicios, Asia Pacífico presenta mayor importancia en valores, lo que es natural si se tiene en cuenta la diferencia poblacional (en el entorno de 600 millones de habitantes en América Latina, frente a cerca de 3.500 en Asia Pacífico). Ahora bien, así como ocurre con las tasas promedio del crecimiento del PIB y con el nivel en la captación de inversiones, también en los datos de comercio la región asiática crece muy por encima. Además, reforzando las asimetrías, los montos en valores tampoco son comparables, lo que refuerza el destaque que en cualquier análisis que se realice sobre dichas zonas tiene la consideración de la mencionada característica.

 

 

Gráfico 4 – Evolución de las importaciones

(1980 – 2012)

Bienes

 

Servicios

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

2.3 La importancia de la relación bilateral

El comercio bilateral en bienes ha aumentado exponencialmente en los últimos años entre las partes, más notoriamente a partir de la primera década del nuevo siglo. Al respecto del comercio bilateral, debe tenerse en cuenta que existen importantes diferencias en los montos informados según qué región se considere para el análisis, lo que incluso afecta los montos del saldo comercial, uno de los puntos mayormente analizados en la relación bilateral.

Como puede observarse, el crecimiento ha sido tanto en las exportaciones como en las importaciones, registrándose un saldo comercial que le es favorable a la región asiática.

Gráfico 5 – Evolución del comercio bilateral en bienes

(1980 – 2012, informado por América Latina)

 

Importaciones

 

Exportaciones

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

 

El déficit comercial entre las dos partes es creciente y alcanzó cerca de los US$100.000 millones en 2012, de acuerdo a lo informado por América Latina. Cabe recordar que considerando los datos de Asia Pacífico, el superávit de dicha región con América Latina sería de una suma cercana a los US$ 20.000 millones. La gran porción del déficit informado por los países latinoamericanos con la zona asiática se explica por la relación de México con China, seguido pero en menor importancia por el déficit creciente que Argentina también posee con dicha potencia asiática.

El saldo comercial deficitario que presentan los países latinoamericanos con Asia Pacífico, en particular con China, ha generado tensiones entre los dos actores, ya que algunas economías comenzaron a aplicar medidas proteccionistas, en particular no arancelarias, para protegerse de las competitivas importaciones asiáticas, ya no solo las provenientes de China, sino también de otros países del sudeste asiático. A su vez, debido al tamaño de los mercados y el desarrollo de las estructuras productivas en la región, este punto ha motivado diferentes enfoques a la hora de plantear estrategias de cómo relacionarse con los países asiáticos, lo que dificulta aún más las posibilidades de definir posiciones comunes, con las implicancias que eso conlleva.

 

Gráfico 6 – Evolución del saldo comercial en bienes

(1980 – 2012, informado por América Latina)

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

Si se atiende a los principales mercados de América Latina en Asia Pacífico, la concentración es una de las características, ya que considerando el promedio de la última década, China explicó más del 44,2% del total adquirido, seguido por Japón con 17,5% y República de Corea con 9,1%. En menor medida y llamativamente debido a la potencialidad comercial que existe con ese mercado, se ubica India, con el 7,8%. De las economías menos tradicionales, se destacan las ventas a la Provincia China de Taiwán, Hong Kong y Singapur.

 

Gráfico 7 – Principales mercados de América Latina en Asia Pacífico

(Participación en todo el período 2001 – 2011)

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

 

En el caso de los principales mercados proveedores de Asia Pacífico para América Latina, se repite el escenario anterior, donde China explicó gran parte de las colocaciones de la región asiática en América Latina, seguido por Japón y en menor medida por República de Corea, que tiene una mayor participación como proveedor que como comprador. El cuarto puesto como proveedor es ocupado por Provincia China de Taiwán seguido por Malasia y luego por la India, que pierde participación si se lo compara con la presentada en el destino de las colocaciones de América Latina.

 

Gráfico 8 – Principales proveedores en Asia Pacífico de América Latina

(Participación en todo el período 2001 – 2011)

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

Replicando el análisis desde Asia Pacífico, en el caso de las exportaciones los principales mercados latinoamericanos fueron México (26,2%), Brasil (23,5%) y Panamá (16,8%). En importancia le siguen Chile, Argentina y Colombia. Los principales mercados proveedores de bienes adquiridos por dicha zona fueron Brasil (36,8%), Chile (20,7%) y México (10,8%). En menor medida le siguen Argentina, Venezuela y Perú.

Respecto a la concentración por países, tanto a nivel de importaciones como de exportaciones, podría decirse que en América Latina existe un nivel de concentración mayor, especialmente por la importancia que presenta China en el total comercializado por todos los países latinoamericanos, lo que podría estar generando una dependencia más allá de lo deseable con dicho mercado.

En el caso de los bienes exportados, también considerando el período 2001 – 2011, se observa así como ocurre en el análisis por país, una importante concentración en las colocaciones de América Latina hacia Asia Pacífico. En efecto, cerca del 30% de lo colocado por dicha región en los países de Asia Pacífico fueron minerales, seguido por combustibles (14,7%), cobre y sus manufacturas (12,3%), semillas (9,9%), residuos y desperdicios de las industrias alimenticias (4,6%), fundición de hierro y acero (4,5%), grasas y aceites animales (3,6%), carne y despojos comestibles (3,2%) y pasta de madera (2,6%). La participación de los bienes primarios ha aumentado en los últimos años, lo que confirma una primarización de las colocaciones hacia la región asiática.

Por el contrario, los países latinoamericanos importan bienes industriales de mayor contenido tecnológico, destacándose en el período considerado las máquinas eléctricas (33,7%), las máquinas y aparatos mecánicos (19,2%), vehículos automóviles y sus partes (9,9%), instrumentos, aparatos de óptica y equipos médicos, de medición, fotográficos y de control (4,2%), combustibles minerales (3,7%), productos químicos orgánicos (3,1%) y plásticos y sus manufacturas (3%).

Los resultados indican el claro patrón comercial entre las dos partes, exportándose bienes de base primaria por parte de América Latina y exportando bienes industriales con elevados niveles tecnológicos por parte de Asia Pacífico.

2.4 Los acuerdos comerciales y de inversión

La firma de acuerdos comerciales y de inversión entre las dos regiones es un fenómeno relativamente nuevo, pero que ha ganado impulso en los últimos años. El mismo acompaña uno de mayor amplitud, especialmente en el caso de las economías asiáticas, región que ha mostrado los índices de mayor dinamismo en el cierre de acuerdos comerciales en los últimos años, lo que como puede observarse en el gráfico presentado a continuación, provocó una baja del arancel promedio mayor que la presentada por América Latina. En efecto, el nivel arancelario sin ponderar de esta última zona ascendió al 8,6% en el 2012, mientras que el de Asia Pacífico fue del 6,8%.

 

Gráfico 9 – Evolución de los aranceles promedio

(Sin ponderar)

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

 

En cuanto a los acuerdos comerciales, el país de América Latina más dinámico en la firma de este tipo de convenios ha sido Chile. Este país ha suscrito tratados con Australia, Brunei, China, República de Corea, India, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam y Hong Kong(2). Perú es el otro país de la región con mayor dinamismo en su apertura comercial con los países de la región asiática, firmando acuerdos con China, República de Corea, Japón, Singapur y Tailandia.

 

Figura 1 – Acuerdos comerciales vigentes entre América Latina – Asia Pacífico

(Cada box azul implica un acuerdo comercial vigente)

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

 

En un tercer nivel se destacan Panamá, que firmó dos acuerdos, uno con Provincia China de Taiwán y otro con Singapur, mientras que Costa Rica cuenta con acuerdos con China y Singapur. Otros países latinoamericanos poseen tan solo un acuerdo vigente con países de Asia Pacífico, mientras que Bolivia, Cuba, Ecuador, Venezuela y República Dominicana no han cerrado ningún acuerdo con dicha región, lo que evidencia las diferentes estrategias seguidas por dichos países con la región asiática.

Tomando el caso de Chile, que como se comentó anteriormente es el país con mayor número de acuerdos, se trata de negociaciones relativamente recientes. Los primeros acuerdos firmados por Chile fueron con República de Corea en 2004, con Brunei, Nueva Zelanda y Singapur en 2005 (en el marco del denominado P4, hoy TPP). En el mismo año firmó un TLC con China. El último acuerdo suscrito por Chile fue con Hong Kong en el año 2012.

Otro aspecto a resaltar tiene que ver con India. Los acuerdos firmados por este país, son acuerdos de preferencias comerciales, los que tienen menor profundidad si se los compara con los TLC o los de Asociación Económica. En el caso de los países del MERCOSUR este es el único acuerdo firmado con Asia Pacífico, lo que confirma la baja propensión del proceso de integración en avanzar a través de este tipo de instrumentos con la región asiática.

Cabe precisar que en el caso de la firma de acuerdos de inversión, la situación es distinta, ya que el número de tratados de protección recíproca de inversiones es mucho mayor, siendo Argentina uno de los países que muestra mayor dinamismo en la suscripción de este tipo de convenios con Asia Pacífico. De cualquier forma, debe tenerse en cuenta que los TLC y los Acuerdos de Asociación negociados entre países de las dos regiones incluyen un capítulo de inversiones.

 

Figura 2 – Acuerdos de inversiones vigentes entre América Latina – Asia Pacífico

(Cada box azul implica un acuerdo de inversiones vigente)

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

En cuanto a las negociaciones, así como ocurre en acuerdos, es Chile el país más activo, ya que en este momento cuenta con negociaciones con Australia, Brunei, India, Indonesia, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam. Dicho país ya ha suscrito un acuerdo con Tailandia el que aún no está en vigencia. Cabe mencionar que varias de las negociaciones en curso son en el marco del TPP. En importancia le sigue México y Perú, los que junto con Chile también integran las negociaciones del acuerdo transpacífico, las que involucran a un total de 12 países hasta la fecha.

Por su parte, Colombia muestra interés en negociar con los países asiáticos, si bien lo hace en menor medida que el resto de los miembros de la Alianza del Pacífico, ya que dicho país no integra el TPP (tampoco la APEC). Luego de Colombia, progresivamente comienza a visualizarse un interés de avanzar por esta modalidad entre Centroamérica y la región asiática, actualmente se está valorando la posibilidad de iniciar negociaciones entre varios países centroamericanos con República de Corea.

Como puede observarse en la figura presentada seguidamente, ningún país del MERCOSUR (más Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua), tiene negociaciones abiertas con los países asiáticos, lo que confirma las diferencias en las estrategias de inserción desplegadas por los países latinoamericanos.

 

Figura 3 – Negociaciones entre América Latina – Asia Pacífico

(Cada box implica una negociación en curso.

El color verde supone que se está en estudio, el salmón que está en negociación y el azul que está suscrito pero no vigente)

 

Fuente: Observatorio América Latina – Asia Pacífico

3. Algunos desafíos para la agenda bilateral

El dinamismo y la importancia que han presentado las relaciones económicas y comerciales entre América Latina y Asia Pacífico, imponen una serie de desafíos, para abordarlos, se propone el desarrollo del siguiente esquema analítico:

 

 

La complejidad de la relación

Quizás uno de los desafíos más notorios, tiene que ver con asumir las diferencias que existen entre los países que conforman las dos regiones, las que necesariamente obligan a un análisis diferencial para identificar oportunidades y para calibrar acertadamente los desafíos. A modo de ejemplo, no es posible desplegar una misma estrategia de relacionamiento con China, que la que se puede definir con los países de la ASEAN o con la India, o la determinada con los países del MERCOSUR, Centroamérica o los países andinos. La historia, la geografía, las características culturales así como los desarrollos productivos y estrategias de inserción seguidas por los países que integran las dos zonas, diferencian a cada país y subregión.

Todos los países y economías que integran las dos partes presentan un nivel de complejidad tal (especialmente los de Asia Pacífico), que hacen necesario una precisa definición de la estrategia de inserción comercial. Los países asiáticos poseen políticas diferenciadas con los de América Latina, región que a priori presenta una mayor homogeneidad que la de Asia Pacífico.

Más recientemente, los países latinoamericanos también muestran marcadas diferencias en cómo relacionarse con la región, lo que ha intentado presentarse como una contraposición de modelos de integración, pero que por el contrario, es justamente un reconocimiento de las diferencias y complejidades de cada subregión o país para definir su mejor estrategia de desarrollo.

Las asimetrías

La asimetría entre los dos actores resalta en variables tales como el PIB, territorio, población, la importancia en el comercio internacional y el flujo de inversiones, entre otras. Desde América Latina, se plantea un desafío adicional que tiene que ver con las asimetrías señaladas, en particular por la ponderación de China en cualquier análisis que involucre a Asia Pacífico, la que si bien es una consecuencia natural, no debe desmerecer el desarrollo de las relaciones con otros países de dicha región, los que también muestran importantes intereses en América Latina.

Como fue señalado, la concentración que actualmente existe tanto a nivel de productos como de mercados, es mayor en el caso de las corrientes comerciales de América Latina que de Asia Pacífico, lo que entre otros factores se encuentra asociado a la sofisticación de las estructuras productivas, resultado de las políticas de desarrollo industrial seguidas por cada parte.

Este es un aspecto central en el debate actual, ya que la región latinoamericana replica con Asia Pacífico el patrón comercial que posee con Estados Unidos y con Europa, incluso algo potenciada (en este caso por la relación con China), ya que en los últimos años se han reprimarizado las colocaciones de los países latinoamericanos hacia el destino asiático, al que se le exporta en mayor cuantía bienes primarios. Por el contrario, a costa de la competencia de los países asiáticos en la producción y comercio de bienes de alta tecnología, los países de América Latina siguen perdiendo terreno en este sector, tanto en sus mercados internos como regionales (flujos de comercio intrarregional), lo que ha generado algunas tensiones respecto a la relación con las economías asiáticas.

Profundización y redireccionamiento

Las asimetrías anteriormente mencionadas no necesariamente implican cambios abruptos en las políticas actuales, ya que es justo reconocer los beneficios asociados al buen desempeño de las colocaciones de bienes primarios. Entre otros, esta relación ha logrado una diversificación de mercados para los países latinoamericanos, pero también para los asiáticos (ya que América Latina es un proveedor cada vez más importante para Asia), incluso permitiendo que los efectos de la crisis iniciada en 2008 (Estados Unidos y la Unión Europea) no hayan afectado fuertemente en Latinoamérica o al menos en la dimensión de otros mercados. Es esperable que este patrón continué, si bien es posible re direccionar parte de los impulsos hacia alcanzar una mayor diversificación, como por ejemplo en la colocación de productos alimentarios con mayor proceso integrándose a las cadenas de valor en dicho sector, o generar también a partir de las inversiones asiáticas, ventajas competitivas en aquellos sectores donde los países latinoamericanos poseen ventajas comparativas.

Sin lugar a dudas, la relación comercial entre las dos regiones ha ingresado en una nueva fase, si se tiene en cuenta no solo los impactos de las transformaciones de la denominada nueva clase media mundial, sino también el bajo nivel de comercio existente entre algunos países en comparación con su potencial, caso de la India o de los países del sudeste asiático con América Latina.

La firma de acuerdos comerciales es una realidad, pero cabe alertar sobre la necesidad de expandir este fenómeno, especialmente por el escaso dinamismo mostrado por algunas subregiones tales como Sur América y Centro América. El nivel de integración alcanzado por los países de la ASEAN y sus acuerdos complementarios (ASEAN +), así como el impacto de un eventual cierre de las negociaciones en el marco del TPP y el RCEP, pueden generar una pérdida de ventajas relativas de acceso a los mercados asiáticos, la que tendrá efectos no dimensionados adecuadamente por muchos de los países, especialmente por los latinoamericanos.

Los nuevos temas de la agenda

Más recientemente, la agenda entre los dos actores ha ido progresivamente incorporando la potencialidad que presenta el comercio de servicios, la relación entre las inversiones y el desarrollo productivo, la importancia de la financiación por parte de bancos asiáticos (especialmente de China), la potencialidad del turismo, los proyectos conjuntos en el sector energético, las inversiones en infraestructura, los niveles de asociatividad empresarial, las nuevas modalidades de cooperación (con un acepción más amplia, como por ejemplo la militar, la científica o tecnológica), la potenciación de los encadenamientos productivos, los intercambios culturales, académicos y políticos, entre otros.

Algunos de los temas señalados, confirman que la relación ya no solo está acotada al comercio, por nombrar el canal más destacado. Por el contrario, la agenda será cada vez más compleja e impondrá la definición de políticas precisas en diferentes áreas, las que en algunos casos es esperable sean consensuadas a través de mecanismos regionales y subregionales, los que necesariamente emergerán con mayor fuerza en los próximos años.

El aumento del número de temas también hace crecer de forma exponencial el número de intercambios entre las poblaciones, lo que aumenta el caudal de oportunidades para empresarios y académicos, expandiendo como resultado el conocimiento entre las partes.

Las políticas públicas

Las relaciones pautadas por la complejidad y las asimetrías, como es el caso de las que caracterizan a América Latina y Asia Pacífico, justifican un papel activo del Estado en la definición de políticas que favorezcan la interacción. Una primera definición tiene que ver con las estrategias de desarrollo definidas por cada Estado, las que deberán ser de largo plazo y consensuadas entre todos los actores nacionales.

Este escenario, que parece evidente, sería el ideal para enfrentar cualquier relación asimétrica y compleja, la cual impondrá tomar decisiones para mitigar los impactos negativos de las relaciones con otras regiones así como para potenciar los beneficios. Además de contar con una estrategia, los países deben seguir las vertiginosas dinámicas de la relación, con nuevos actores y temas, lo que genera nuevos desafíos para la gestión pública. El riesgo de no actuar o hacerlo de forma tardía, puede implicar pérdidas de espacios y oportunidades.

Es esperable que parte de las políticas públicas instrumentadas por ambas zonas, logren ciertos consensos en los mecanismos de integración y de concertación política existentes tanto en América Latina como en Asia Pacífico, respetando las diferencias y matices de acuerdo a los intereses nacionales de cada miembro, pero buscando puntos de encuentro en aquellas temáticas que superan las fronteras nacionales y solo pueden ser tratados en clave subregional o regional.

La especialización y profesionalización de los actores

La importancia relativa creciente así como el dinamismo que caracteriza a las dos regiones estudiadas, llevan a que todos los actores intervinientes en la relación deban apostar a la especialización y profesionalización en su campo de acción.

Este escenario obliga a los actores públicos y privados al desarrollo de capacidades prospectivas que permitan la identificación de oportunidades comerciales que motiven la implementación de las políticas públicas y definición de estrategias comerciales que hagan posible la concreción de negocios. Para ello, será necesario contar con sectores públicos, privados y académicos cada vez más preparados y especializados.

En ese sentido, el Observatorio América Latina – Asia Pacífico creado por la ALADI, CAF y CEPAL en 2012, colabora como otros organismos e instituciones con este objetivo.

Para ello, publica regularmente estudios sobre las relaciones económicas y comerciales de América Latina con Asia Pacífico, fomenta la publicación de estudios elaborados por especialistas, creó un Foro Académico que aglutina a más de 100 expertos de las dos regiones, realiza eventos especializados, talleres y actividades sobre diferentes temas de interés y cuenta con un Portal Web con información actualizada y con herramientas de suma utilidad para académicos, funcionarios de gobierno, diplomáticos, empresarios y público en general.

A su vez, monitorea de forma permanente las relaciones económicas y comerciales, introduciendo nuevos temas en su agenda, poniendo a disposición de su público objetivo, nuevos insumos que favorezcan una mayor especialización en el análisis.

Los resultados esperados

Un adecuado tratamiento de la agenda actual de las relaciones entre América Latina y Asia Pacífico y la progresiva toma de decisiones en cuanto a la mejor estrategia de relacionamiento, colaborará con el desarrollo sustentable de las dos regiones, las que de forma inevitable, seguirán profundizando sus intercambios hasta niveles que probablemente vayan más allá de lo que en la actualidad se pueda imaginar.

Sr.Ignacio Bartesaghi

Coordinador Observatorio América Latina - Asia Pacífico

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(1) Calculado por paridad de poderes de compra y ponderado por población

(2) Hasta ahora fue aprobado solo por Hong Kong.

Nota: Las opiniones vertidas en el presente Artículo son de la exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan ni comprometen la opinión de las tres organizaciones que conforman el Observatorio América Latina - Asia Pacífico, de la ALADI, CAF y CEPAL.

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