Artículos de Opinión

   Retos y oportunidades de la ALADI. La visión de México

FORTALEZAS

Los países de América Latina compartimos particularidades que nos proyectan hacia el mundo como una región homogénea. Nuestra ascendencia latina cohesionada en una magnífica continuidad territorial; una historia común, el idioma y las raíces religiosas, además de una milenaria cultura y singulares tradiciones son prueba de ello.

Los latinoamericanos también hacemos frente a retos impostergables, principalmente en materia social, los cuales comienzan a ser abatidos a partir de grandes esfuerzos de nuestras sociedades y, en el mayor de los casos, disciplina y responsabilidad instrumentada por los gobiernos con miras a consolidar una región más próspera que permita mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos.

Hoy, América Latina es una de las regiones más dinámicas en el mundo; retomando las palabras del Secretario General de la Asociación Latinoamericana de Integración, ALADI, es un área de oportunidades con una visión económica, política y social de primer orden en donde la integración continúa siendo una tarea permanente para sus habitantes y gobiernos.

Para alcanzar ese objetivo, a nivel multilateral nuestros gobiernos han consolidado una estructura permanente, dedicada al establecimiento, en forma gradual y progresiva, de un mercado común. La ALADI a través de una red de acuerdos regionales y de alcance parcial que abarcan el 70% del comercio intrarregional representa el más importante bloque de integración latinoamericano. Basta mirar algunos datos para reafirmar su importancia: el tamaño de su membresía y producto interno bruto (5.3 billones de dólares); comercio global (2 billones de dólares); su territorio (20 millones de km2) y número de habitantes (519 millones de personas). No es dato menor que esta apreciación sea compartida por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el mecanismo político más trascendente de la región .

DEBILIDADES

Como un reflejo de la realidad que atraviesan nuestros países, actualmente la ALADI también hace frente a importantes desafíos. En materia presupuestal, los recursos de la Secretaria General prácticamente no han variado desde hace más de una década lo que evidentemente limita sus planes de acción. El panorama podría ser más complicado de producirse un fallo negativo para la Asociación como resultado de un proceso administrativo y legal actualmente en curso, lo que comprometería seriamente la viabilidad económica de este órgano ejecutivo.

A ello hay que añadir que la nómina del secretariado ha sido reducida drásticamente para hacer frente a gastos prioritarios. La plantilla laboral que en 2004 sumaba 100 funcionarios (15 de carácter internacional) el día de hoy es de 67 personas , ocho con estatus internacional.En materia jurídica es evidente la necesidad de actualizar enfoques e instrumentos utilizados para inducir la integración a través del comercio ya que en buena medida se trabaja bajo los parámetros concebidos hace más de 30 años, cuando la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio –ALALC- transitó a la actual ALADI.

En ese sentido, las preferencias negociadas a la luz del Tratado de Montevideo TM80 no están respaldadas por reglas claras y operativas en disposiciones tan fundamentales como son reglas de origen, salvaguardias y solución de controversias.

A ello debemos añadir una cultura negociadora diluida, en donde el fondo de los asuntos se pierde en discusiones interminables que no llegan a resultados concretos y, en el mejor de los casos, toman mucho tiempo en alcanzarse.

Es evidente que las preferencias arancelarias otorgadas en el ámbito del TM80 no están dando los resultados esperados; basta mirar los resultados alcanzados en el año 2012: tan solo el 10% de las preferencias fueron utilizadas en los intercambios comerciales de los países miembros.

AMENAZAS

No sería justo endosar las debilidades de la ALADI exclusivamente a un problema estructural de la institución. Existen factores exógenos y endógenos que juegan en contra de la integración cuyo impacto sobre la región dependerá de la visión política y de la habilidad negociadora de todos y cada uno de los miembros de la Asociación.

En lo externo, la proliferación de acuerdos de libre comercio de los miembros de la ALADI con otros países o grupos de países extra-regionales puede desviar la atención, los recursos y el interés de la membresía en detrimento de la integración latinoamericana y de la propia ALADI.

En lo interno, el surgimiento de subgrupos regionales, la diversidad de escuelas de pensamiento/modelos de desarrollo incentivan una falsa idea de que dichos subgrupos son antagónicos y/o incompatibles entre sí.

Además, la dispersión temática del programa de trabajo de la organización y el énfasis en las diferencias en lugar de las áreas de convergencia entre los diferentes subgrupos regionales pueden desembocar en una organización que aparentemente hace mucho pero materializa poco.

La falta de resultados tangibles para los operadores económicos en el sentido amplio de la palabra y por ende para los países de nuestra región puede generar un desencanto de la integración que conlleve a la pérdida de relevancia de la ALADI, sobre todo cuando se le compara con otros mecanismos de similar vocación.

OPORTUNIDADES

Ante este panorama, los miembros de ALADI debemos aprovechar puntualmente las oportunidades que también están presentes. El bajo nivel del comercio intrarregional (16% del total) y el escaso aprovechamiento de las preferencias otorgadas en el ámbito de la ALADI, muestran que existe un gran potencial no utilizado para incrementar la integración de la región.

En el corto plazo, Expo-ALADI 2014, la macro rueda de negocios que tendrá verificativo en el próximo semestre, constituye una excelente oportunidad para que los operadores económicos, principalmente pequeñas y medianas empresas, aprovechen las ventajas que ofrece el marco normativo y los instrumentos de la Asociación a favor de una mayor integración.

Por otro lado, la importancia que ha cobrado la inserción en las cadenas de valor en el comercio internacional puede dar un impulso adicional a la integración regional a fin de transitar de la integración comercial a una integración productiva que, al fraccionar los procesos en eslabones productivos, abrirá mayores posibilidades de participación y acuerdos.

El fin de la inmovilidad por la que pasó la Asociación por motivos ajenos a su razón de ser y el cambio de mentalidad hacia la búsqueda de soluciones creativas, abren una ventana de oportunidad para avanzar en el proceso de integración mediante la “convergencia dentro de la diversidad”.

Finalmente, un hecho no menos relevante lo constituye el mantener la dirección ejecutiva del secretariado de la ALADI lo que dará continuidad al proceso de actualización práctica de la Asociación a favor de la integración, aprovechando los conocimientos adquiridos y el liderazgo demostrado durante su primer mandato.

El gobierno de México está consciente de los retos que la ALADI atraviesa y también del espacio de oportunidades que existe para sortearlos con éxito. Estamos convencidos que con experiencia, entusiasmo y colaboración nuestros países continuarán reafirmando la vocación integracionista de América Latina en donde la ALADI debes ser el eje nodal para este cometido.

Felipe Enríquez Hernández
Embajador de México en Uruguay
Representante Permanente ante la ALADI

Nota: Las opiniones vertidas en el presente Artículo son de la exclusiva responsabilidad de su autor.

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