Artículos de Opinión

   La Iniciativa ecuatoriana YASUNÍ-ITT

Durante los recientes meses el Gobierno del Ecuador ha incrementado vigorosamente su estrategia de promover internacionalmente la Iniciativa Yasuní Ishpingo Tambococha Tiputini (Yasuní-ITT), a través de la cual se propone un nuevo modelo de desarrollo, basado en la protección de la vida, la paz y el desarrollo sostenible. Es decir, sobre la base de la riqueza natural del Parque Nacional Yasuní se está promocionando la protección de la vida de las generaciones presentes y futuras. Se basa en un cambio hacia un modelo económico post-petrolero y se une a los esfuerzos internacionales en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

El Parque Nacional Yasuní es uno de los lugares más biodiversos en el mundo, designado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO. Se trata de una de las zonas en la cuenca amazónica de incomparable diversidad biológica y cultural. Localizado en la intersección entre la Amazonía, la cordillera de los Andes y la línea ecuatorial, alberga la mayor diversidad en Suramérica de poblaciones de anfibios, aves, mamíferos y plantas vasculares.

La región del Yasuní es el hogar de dos culturas indígenas que viven en aislamiento voluntario. Son las comunidades de Tagaeri y Taromenane, las dos de la etnia Waorani. De diversa manera, también habitan esta área protegida grupos indígenas como los Kichwa y Naporuna. En definitiva, la Iniciativa ecuatoriana plantea al mundo paradigmas más justos y equitativos, hacia un modelo basado en el buen vivir y en los derechos de la naturaleza, especialmente consignados en la Constitución Política de la República del Ecuador, aprobada en 2008.

La Iniciativa se ha propuesto alcanzar los siguientes objetivos: combatir el cambio climático, evitando la explotación de combustibles fósiles en áreas de alta sensibilidad biológica y cultural en los países en desarrollo; proteger la biodiversidad, el medio de vida y la cultura de las comunidades indígenas no contactadas; impulsar el desarrollo social, la conservación de la naturaleza y la implementación de fuentes renovables de energía, en una estrategia encaminada a consolidar un nuevo modelo de desarrollo equitativo y sustentable en el país.

Es una propuesta, quizá la más novedosa presentada ante la comunidad internacional, para hacer frente al calentamiento global al evitar la emisión de reservas de carbono a la atmósfera. Esto incluye fundamentalmente la renuncia a la explotación de las amplias reservas petroleras que permanecerán bajo tierra a perpetuidad. Efectivamente, el Ecuador se compromete a mantener indefinidamente inexplotadas las reservas recuperables de 846 millones de barriles de petróleo del Campo ITT. De esta forma se evitará la emisión de 407 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, reduciendo el cambio climático.

Adicionalmente, al reducir el uso de petróleo en la generación de electricidad y producción industrial para reemplazarlo con tecnologías renovables y limpias, se reducirán aún más las emisiones de CO2. Este proceso será igualmente financiado por la Iniciativa De esta manera, para reafirmarlo, Ecuador busca dejar atrás un modelo económico extractivista y avanzar hacia un proceso de desarrollo sostenible alternativo, equitativo y basado en una matriz energética sustentable.

En el espíritu de corresponsabilidad, Ecuador busca el apoyo para la Iniciativa Yasuní-ITT de gobiernos, organismos internacionales, la sociedad civil, fundaciones, el sector privado y los ciudadanos en general. Con ese objetivo el Ecuador ha firmado un acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para conservar el área del Parque Nacional Yasuní mediante la recepción y uso de las contribuciones internacionales en apoyo a la Iniciativa Yasuní-ITT.

El PNUD recibe y administra los fondos de los contribuyentes a la Iniciativa, y los entrega al Estado ecuatoriano para proyectos destinados exclusivamente a los objetivos definidos, garantizando la transparencia y efectividad en el manejo de los recursos para desarrollar fuentes renovables de energía en el Ecuador, mantener los ecosistemas y las Áreas Protegidas, reforestar áreas degradadas, promover el desarrollo social y el empleo sustentable y mejorar la eficiencia energética.

La enorme y entusiasta acogida que ha tenido últimamente la Iniciativa en todos los continentes, hace posible el gran optimismo existente entre los ecuatorianos por convertir en realidad este aporte único y novedoso del país a la comunidad internacional y al futuro de la humanidad.

Emilio Izquierdo
Embajador del Ecuador en Uruguay y
Representante Permanente ante la ALADI

Nota: Las opiniones vertidas en el presente Artículo son de la exclusiva responsabilidad de su autor.

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