Proceso de Integración

   Acuerdos

   La integración energética en el ámbito de la ALADI

Dado que los países de América Latina cuentan con recursos energéticos abundantes y variados pero que no se encuentran igualmente distribuidos, existe un gran potencial para que se desarrollen importantes flujos de comercio de energía en la región que comprende a los países miembros de la ALADI, siendo mayores los beneficios estructurales potenciales que traería la integración plena en esta región, en comparación con los que se pueden obtener en otras.

La integración energética juega un rol fundamental a la hora de analizar la seguridad de suministro, siendo innumerables las ventajas que conlleva el aprovechamiento en el uso de recursos y de cooperación regional.

A grandes rasgos, la integración energética es percibida como beneficiosa, en la medida que permite la seguridad de abastecimiento, es decir, abastecimiento energético suficiente, continuo y económicamente eficiente, al lograrse economías de escala, referencia en materia de costes, menor volatilidad de precios, tarifas competitivas, introducción de competencia y máximo aprovechamiento recursos, dada la diversificación de fuentes y orígenes de los recursos.

En cuanto a la protección del medio ambiente, dado que los problemas medioambientales requieren soluciones regionales y globales, la armonización de costes e integración de políticas medioambientales se percibe como un beneficio, al lograrse mayor sustentabilidad ambiental.

Otros beneficios de la integración son la diversificación de la matriz energética, el uso integrado de recursos energéticos gas y electricidad; el uso eficiente de los recursos disponibles (en capacidad instalada y transporte); la optimización del coste de producción; el aprovechamiento de la complementariedad hidrológica y térmica entre sistemas nacionales; la reducción de los riesgos hidrológicos, el aprovechamiento de la complementariedad estacional de la demanda y diversidad horaria de ella; la utilización plena de la infraestructura y la optimización de reservas; la dinamización de la demanda; la promoción de la comercialización; generación de mayor competencia; y la existencia de sistemas regionales interconectados robustos.

La optimización de la matriz energética considerando los recursos energéticos disponibles se torna crucial para aquellos países importadores netos de energéticos. De igual modo, para los países productores es importante tener un panorama claro del estado actual del abastecimiento de energéticos y analizar las tendencias de largo plazo, fundamentales para un planeamiento estratégico de la comercialización futura de recursos excedentes.

En ese sentido, resulta de suma importancia para los actores regionales, empresas, gobiernos e instituciones el planeamiento energético de la región que se pueda realizar, y las políticas a seguir.

En el ámbito de la ALADI, la ampliación y el fortalecimiento de la integración energética es considerada fundamental para promover el desarrollo económico y social de la región.

En el momento actual, el comercio de bienes de la región está negociado y su liberalización acordada. Se prevé que en el año 2015, el 90% de los intercambios de comerciales entre los países miembros estaría liberalizado.

En este contexto y entendiendo que los grandes beneficios para la integración económica vendrían con una integración de los mercados en un sentido amplio y no meramente limitado al comercio de bienes, el máximo órgano político de la Asociación, el Consejo de Ministros de la ALADI dispuso como prioritario propiciar la integración física regional, es decir, promover la interconexión estratégica de las redes de transporte, comunicaciones y energía en ejes internacionales de integración, que permitan, al amparo de un marco normativo común y una prestación adecuada, la circulación ágil y eficiente de bienes, servicios, personas, información y energía, dentro del espacio geográfico, potenciando el intercambio de información, la coordinación y las acciones comunes, en directa cooperación con las iniciativas y los organismos especializados en estas áreas.

Siguiendo las anteriores pautas y con relación específica a los temas energéticos, la ALADI viene trabajando en dos ámbitos: en el de la integración energética regional, amparando a numerosos acuerdos en dicha materia; y en el del Proyecto “Informe Energético Sectorial de América Latina y El Caribe: Hacia una Nueva Agenda Energética para la Región", financiado por CAF - Banco de Desarrollo de América Latina, que está siendo desarrollado en el marco del Acuerdo de Cooperación Conjunta suscrito entre la ALADI, Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas Natural en Latinoamérica y el Caribe - ARPEL, Comisión Económica para América Latina - CEPAL, Comisión de Integración Energética Regional - CIER, Organización de Estados Americanos - OEA, Organización Latinoamericana de Energía - OLADE y World Energy Council - WEC

ALADI: Un Marco Jurídico para la Integración Energética Regional

Desde la década de los noventa, el Tratado de Montevideo 1980 (TM80) de la ALADI ha servido de marco jurídico a diversos acuerdos sobre integración energética; sobre normas que regulan la interconexión y el suministro de energía eléctrica; sobre interconexión gasífera; y sobre la comercialización, explotación y transporte de hidrocarburos líquidos, petróleo crudo, gas licuado y productos líquidos derivados del petróleo y del gas natural.

Al amparo del TM80, países miembros de la ALADI suscribieron dichos acuerdos de alcance parcial conteniendo, por ejemplo, disposiciones tendientes a fortalecer la integración energética regional; asegurar los suministros y establecer las condiciones para minimizar los costos de las transacciones de intercambio en condiciones de competencia y transparencia de mercado, orientados por ciertos principios de libre entrada al mercado, acceso abierto a la capacidad remanente, tratamiento no discriminatorio y pleno acceso a la información; armonizar normativa; y a fomentar la inversión privada en el sector; entre otras.

Dichos acuerdos, junto con otras iniciativas en la región, han marcado el inicio histórico de la integración energética suramericana, los que podrían aprovecharse de manera óptima, si se avanzara en la implementación de un mercado regional, con la utilización de la infraestructura existente y la implementación de nuevos proyectos que permitan una mejor utilización coordinada de los recursos disponibles.

Proyecto: “Informe Energético Sectorial de América Latina y el Caribe: Hacia una Nueva Agenda Energética para la Región”

El Proyecto: “Informe Energético Sectorial de América Latina y el Caribe: Hacia una Nueva Agenda Energética para la Región” está siendo desarrollado en forma conjunta por los organismos regionales vinculados al sector energético con el fin de incorporar la visión de diferentes actores: ALADI como organismo de integración latinoamericano, ARPEL por el sector empresario de petróleo y gas, CEPAL de Naciones Unidas que trabaja por el desarrollo sostenible, CIER por el sector eléctrico, OEA que se propone promover el desarrollo de la región y erradicar la pobreza extrema, OLADE por los Ministerios de Energía de la región, y WEC como foro global e inclusivo que reúne a los Comités Nacionales de más de noventa países que representan a los Gobiernos, a la industria y a instituciones expertas, cuyo objetivo es promover el abastecimiento y uso sustentable de la energía.

Para el desarrollo del Proyecto, se estableció de una estructura básica de funcionamiento compuesta por un Comité de Dirección y un Comité Técnico, con integrantes de todos los organismos signatarios del Acuerdo.

La CAF - Banco de Desarrollo de América Latina, además de otorgar financiamiento para el desarrollo de la primera etapa del Proyecto, participa de las reuniones del Comité Técnico. A su vez, la Fundación Bariloche/Universidad de São Paulo es el equipo consultor contratado para realizar el estudio.

El objetivo de esta primera etapa, cuya culminación está prevista para mediados del presente año, consiste en un diagnóstico inteligente del estado actual y la conceptualización de las lecciones aprendidas del sector energético de la región, en la que se consideran los estudios realizados y en ejecución desde un enfoque integral y sistémico, contemplando no solamente el balance oferta demanda de energía, sino además todos los elementos sociales y ambientales, de modo tal que sus resultados permitan impulsar, en una segunda etapa, una nueva Agenda Energética para América Latina y el Caribe, estableciendo una visión regional convergente sobre energía, sociedad y clima. La idea es contar con un diagnóstico profundo con la visión de todos los organismos participantes del Proyecto, de forma que la Agenda Energética para la región derive de dicha visión compartida.

Una de las motivaciones de unirse los organismos para desarrollar el estudio es el conocimiento de que a los gobiernos llegan diversidad de documentos, diagnósticos y estudios pero ninguno que contenga una visión integral del sector con el consenso de todos los organismos. La idea sería ganar un espacio respaldado por recomendaciones técnicas para que los gobiernos se basen en lo que surja de este grupo. La agenda debería ser por tanto un Mapa de Ruta de donde surjan acciones concretas, constituyéndose en el embrión del planeamiento energético regional, indicándose que la integración es una de las variables clave para la seguridad de suministro.

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